El hecho se conoció este lunes por la tarde, cuando autoridades del Hospital Iturraspe informaron sobre la desaparición de 68 ampollas de fentanilo, un opioide de altísimo poder utilizado exclusivamente en la Unidad de Terapia Intensiva. Tras verificar el faltante, el Ministerio de Salud provincial realizó una presentación ante el Ministerio Público de la Acusación (MPA), bajo la figura penal de hurto, contemplada en el artículo 162 del Código Penal.
De forma paralela, se inició un sumario administrativo dentro del propio sistema de salud para esclarecer las circunstancias del hecho. El objetivo es reconstruir cómo fue posible que estas ampollas, bajo control estricto y con trazabilidad obligatoria, desaparecieran sin dejar rastro. La investigación apunta a revisar procedimientos internos, cadena de custodia y posibles negligencias o maniobras intencionales.
Desde el gobierno provincial aclararon que las ampollas desaparecidas no forman parte del lote que fue retirado del mercado por problemas de contaminación semanas atrás. Sin embargo, recalcaron la gravedad del episodio, por tratarse de un medicamento sensible y de uso hospitalario exclusivo, cuya manipulación indebida representa un riesgo sanitario y legal significativo.
Las autoridades de Salud fueron tajantes en su postura: no se trata solo de reponer el faltante, sino de encontrar responsables y evitar que se repita. La investigación penal ya está en manos del MPA, mientras que la administración hospitalaria deberá afrontar una revisión profunda de sus mecanismos de control interno.
