Cada 11 de septiembre, Argentina celebra el Día del Maestro en honor a Domingo Faustino Sarmiento, una fecha que invita a reflexionar sobre el rol fundamental de los educadores. Sin embargo, más allá de los homenajes, una serie de informes de la organización Argentinos por la Educación expone una realidad compleja y desafiante para quienes ejercen la docencia en el país, marcada por un bajo estatus social, condiciones laborales precarias y fallas estructurales en el sistema de formación.
Uno de los datos más contundentes proviene del Índice Global de Estatus Docente, un estudio que mide la percepción social de la profesión en 35 países. En este ranking, Argentina ocupa el puesto 31, situándose en la parte inferior de la tabla con un puntaje de apenas 23,6 sobre 100, muy por debajo de la media internacional. Este número refleja una escasa valoración del trabajo docente por parte de la sociedad en comparación con otras profesiones.
A esta baja percepción social se suma una realidad laboral exigente y, en muchos casos, precaria. Según los datos, 3 de cada 10 docentes de primaria (30,5%) trabajan en más de una escuela para llegar a fin de mes. Esta cifra de pluriempleo es alarmantemente superior al promedio de América Latina, que es del 11,4%. Además, Argentina se destaca por ser el país con la mayor tasa de feminización de la profesión en la región: 9 de cada 10 maestros de primaria son mujeres, mientras que el promedio regional es de 7 de cada 10. Esta sobrecarga laboral se agrava al constatar que el país también tiene el mayor porcentaje de docentes que deben complementar sus ingresos con otra actividad remunerada por fuera del sistema educativo.
En contraste con este panorama, la vocación y el compromiso de los educadores se mantienen firmes. Un relevamiento basado en los cuestionarios del operativo Aprender 2023 muestra que el 97% de los docentes realizan capacitaciones después de su formación inicial. Las áreas más elegidas son Pedagogía, Lengua y Matemática. Además, los maestros demandan mayor formación en temas cruciales para la educación actual como la alfabetización, la inclusión y el uso de tecnología en el aula. Este deseo de superación se refleja en que 3 de cada 10 docentes continúan su formación con postítulos, diplomaturas y otras carreras académicas.
Sin embargo, el esfuerzo individual choca contra un problema sistémico de fondo: la falta de planificación. Un informe sobre los Institutos de Formación Docente (ISFD) revela una paradoja preocupante: mientras la matrícula de aspirantes a la docencia disminuye, se siguen creando nuevos institutos. Provincias como San Luis y Chaco aumentaron su cantidad de ISFD en un 67% y 35%, respectivamente.
Esta desarticulación genera un grave problema de empleabilidad. En los últimos 10 años, la cantidad de docentes egresados aumentó un 54%, pero la cantidad de alumnos en las escuelas solo creció un 1%. El futuro no es más alentador: se proyecta que la población estudiantil disminuirá un 31% en los próximos años debido a la caída de la natalidad. Esta sobreoferta de profesionales, combinada con una demanda estancada, “atenta directamente contra el salario de los docentes”, concluye el informe, dejando en evidencia que la celebración de este día debe ser también un llamado urgente a repensar y reestructurar las políticas educativas del país.
