Según rastreos en tiempo real a través de la plataforma FlightRadar24, las aeronaves fueron detectadas aproximándose al lago de Maracaibo, desde el interior del Golfo de Venezuela.
El ingreso de los F/A-18 se produce en un contexto de fuerte incremento de la presencia militar de United States Navy —y en el marco de la operación bautizada como Operación Lanza del Sur—, destinada por Washington a presionar redes vinculadas al narcotráfico en la región.
El F/A-18 es considerado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos como un avión “multimisión”: puede cumplir tareas aire-aire y aire-superficie, integrar misiles guiados, emplear su cañón interno de 20 mm, y operar desde portaaviones; su despliegue desde el portaaviones USS Gerald R. Ford indicaría un uso estratégico de la capacidad naval norteamericana.
Este incidente se suma a una serie de maniobras aéreas recientes: poco tiempo atrás, también se registraron vuelos de cazabombarderos F/A-18 estadounidenses cerca de Curazao y frente al estado venezolano de Falcón.
El hecho incrementa la tensión en una región clave del Caribe, donde los movimientos militares estadounidenses están concentrados en un escenario de presión creciente hacia el gobierno de Nicolás Maduro.
