Parece como que la gente que pasa por el lugar va observando si las palomas que siempre fueron parte del paisaje frente a la cárcel de Coronda, llevan algo entre sus patas.
Porque en la mayoría de los casos, vecinos de las inmediaciones, transeúntes o comerciantes observaron a estas aves con elementos extraños atados a sus patas.
Esta no fue la excepción ya que este lunes otra paloma con droga fue encontrada en cercanías de la cárcel lo que ya refiere indudablemente a una actitud continua de parte de quienes intentan ingresar elementos prohibidos y o ilegales al Instituto Correccional Modelo.
En este caso personal del Grupo de Operaciones Tácticas de la Unidad Regional XV, cerca de las 17 horas estaba de guardia en la puerta del penal, a la altura de Roque Sáenz Peña y Belgrano, cuando dos personas se acercaron a los efectivos y les señalaron que había una de estas aves en la acera y que colgaba de ella un envoltorio verde de nylon.
Ante la sospecha de que fuera droga, en presencia de testigos los agentes capturaron la paloma, se la puso en una bolsa de cartón y se la trasladó para pasarla a los oficiales de la Policía De Investigaciones.
Posteriormente se supo que el chequeo dio positivo ya que dentro del envoltorio había cocaína y marihuana en un total de 20 gramos aproximadamente. Además le habían puesto un resorte de una resistencia eléctrica. Intervino el fiscal Dr. Marcelo Nessier en esta nueva investigación vinculada con estas aves.
Es la séptima vez en el año y octava contabilizando desde noviembre, que se conoce públicamente de episodios de estas características con palomas, a las que les ponen en sus patas droga, teléfonos, baterías, cargadores, o elementos con resistencia eléctrica como en este caso.
De hecho, en algunas ocasiones al menos los intentos han sido exitosos, ya que estos animales son enviados al sector de patios de la Unidad 1 con lo que les colocan desde afuera del presidio a pesar de no ser de una especie denominada “mensajeras”, lo que aún ha llamado más la atención de los investigadores que siguen buscando en cámaras urbanas y privadas para intentar encontrar a alguien que se esté encargando de estas insólitas acciones ilegales.
