Argentina está atravesando la tercera ola de la pandemia con el aumento pronunciado de casos de COVID-19 desde diciembre. Hay 17 jurisdicciones que ya se ubican en riesgo epidemiológico alto y el resto se encuentra en riesgo medio. Los casos confirmados de personas con el coronavirus aumentaron el 457% a nivel nacional en los últimos 15 días.
En ese contexto, ya se observó un descenso de la proporción de los casos afectados por la variante Delta del coronavirus y un aumento de la presencia de la variante Ómicron, que es más contagiosa y que fue detectada en noviembre pasado en África.
Según informó la Dirección Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación, en las últimas dos semanas epidemiológicas la proporción de casos de variante Delta en personas sin antecedente de viaje ni relación con la importación o en investigación presenta un descenso siendo del 85% en la semana del 19 al 25 de diciembre.
La variante Delta de preocupación, que fue detectada en India en octubre de 2020, se fue propagando y predominó en el hemisferio Norte entre marzo y agosto pasado. En Argentina, los casos con Delta empezaron a crecer en agosto pasado. En la segunda quincena de noviembre, esa variante se identificó en la mayoría de los casos. Sin embargo, la incidencia nacional del COVID-19 fue baja entre octubre y noviembre, y no llevó a desbordar la ocupación de camas en hospitales por casos graves.
En la primera semana de diciembre, se notificaron los primeros casos de personas con la variante Ómicron del coronavirus, que fue clasificada también como “de preocupación” por la Organización Mundial de la Salud. En tan solo 3 semanas, según el reporte de la Dirección Nacional de Epidemiología, la variante Ómicron se encontró en el 14% de las muestras analizadas de pacientes con COVID-19 en el país.
En cambio, la variante Delta había tardado más de 6 semanas para llegar a una proporción mayor al 14% cuando se analizaban las muestras de pacientes.
El 26 de noviembre, Ómicron fue clasificada por la OMS como prioritaria en parte por presentar “más de treinta mutaciones en el gen de la Espiga, además de numerosas mutaciones en otras regiones del genoma”, de las que muchas ya se habían relacionado “con un aumento de la transmisibilidad o con un cierto grado de escape a la respuesta inmune”. Investigadores en todo el mundo se lanzaron a estudiarla a contrarreloj. Tras semanas de especulaciones, los primeros trabajos concluyentes confirman la capacidad de Ómicron para infectar superando el escudo de las vacunas. En cambio, las vacunas sí mantienen su eficacia frente a la enfermedad grave, aunque los datos sobre esta cuestión siguen siendo preliminares.
“Retrasamos tanto la llegada de Delta y el número de casos que hemos evitado una ola; podemos decir que Argentina evitó una ola, ese es un logro de todo el país, y en este momento (atravesamos) la tercera ola”, afirmó el miércoles Carla Vizzotti, Ministra de Salud de Argentina. Sostuvo que la tercera ola está dada por Ómicron ahora y remarcó la importancia de la vacunación. En el país, el 72% de la población tiene el esquema completo de vacunación con dos dosis. El 11,6% tiene una tercera dosis como adicional o como refuerzo.
La funcionaria se diferenció de otras regiones del mundo que, resaltó, ya están atravesando la cuarta ola como Estados Unidos y muchos países de Europa. “La mayoría de las regiones están transitando su cuarta ola y Sudamérica está empezando su tercera ola”, enfatizó.
Cambios en los tiempos de aislamiento
Ante el avance rápido de los casos de COVID-19 en diciembre, el Ministerio de Salud y el Consejo Federal de Salud, que reúne a las autoridades sanitarias de las 24 jurisdicciones, decidieron esta semana cambiar las recomendaciones para las personas afectadas por el coronavirus y sus contactos estrechos.
Establecieron que las personas con COVID-19 confirmado y con esquema inicial de vacunación completo (con menos de cinco meses de haber completado el esquema inicial o aplicada la dosis de refuerzo) deberán realizar un aislamiento por siete días desde la fecha de inicio de síntomas, más tres días de cuidados (bloqueo de APP Cuidar, no concurrir a eventos masivos o sociales, usar barbijo de forma casi permanente, extremar cuidados ante el contacto con personas de riesgo).
En cambio, quienes sean diagnosticados con COVID-19 como caso confirmado y no hayan sido vacunados o tengan esquema incompleto deberán hacer 10 días de aislamiento desde la fecha de inicio de síntomas.
En cuanto los contactos estrechos sin síntomas de COVID-19 con esquema inicial de vacunación completo (con menos de cinco meses de haber completado el esquema inicial o aplicada la dosis de refuerzo) deberán realizar un aislamiento por cinco días desde el último contacto con el caso confirmado, más cinco días de cuidados (no concurrir a eventos masivos o sociales, usar de manera adecuada el barbijo, extremar cuidados ante el contacto con personas de riesgo).
Además, se podrá indicar la realización de test diagnóstico al quinto día en personal de salud y otros trabajadores en contacto con poblaciones de riesgo.
Mientras que los contactos estrechos asintomáticos sin vacunación o con esquema incompleto deberán realizar 10 días de aislamiento desde el último contacto con el caso confirmado o aislamiento por 7 días desde el último contacto con el caso confirmado más la realización de test diagnóstico, a lo que se le suma tres días de cuidados (no concurrir a eventos masivos, o sociales uso adecuado de barbijo, extremar cuidados ante el contacto con personas de riesgo).
Los síntomas del COVID-19 son fiebre de 37,5°C o más, tos, dolor de garganta, dificultad respiratoria, dolor muscular, cefalea, diarrea y/o vómitos, congestión nasal, y pérdida brusca de gusto u olfato. En algunas personas solo se dan algunos de esos síntomas. Hay también personas que cursan la enfermedad de manera asintomática.
Fuente: Infobae