El complejo agroexportador argentino cerró diciembre con una liquidación de USD 1.015 millones, lo que representó un incremento del 33% respecto al mes anterior. Con este resultado, el sector finalizó 2025 con el mayor ingreso de dólares de los últimos dos años, al alcanzar un total anual de USD 31.338 millones.
Los datos fueron difundidos por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que concentran cerca del 48% de las exportaciones nacionales y cumplen un rol central en el ingreso de divisas al país.
El acumulado anual superó en USD 6.250 millones al registrado en 2024, lo que implica un crecimiento del 25% interanual. El antecedente más alto sigue siendo 2022, cuando el ingreso de dólares del sector superó los USD 40.000 millones, en un contexto de precios internacionales elevados y con la vigencia del denominado “dólar soja”.
El impacto de las medidas oficiales
Desde CIARA-CEC explicaron que el desempeño de diciembre estuvo marcado por el inicio de los embarques de trigo y cebada, junto con la continuidad de las exportaciones de soja y sus derivados industriales. Estas operaciones se vieron favorecidas por la suspensión temporal de derechos de exportación dispuesta por el Decreto 682/2025, que incentivó la liquidación anticipada de divisas.
En ese sentido, señalaron que el ingreso de dólares registrado en el último mes del año respondió, en gran medida, a anticipos realizados en septiembre. Se trata de una práctica habitual en el comercio de granos, donde la liquidación suele adelantarse unos 30 días en el caso de los granos y hasta 90 días para aceites y harinas proteicas.
El mecanismo permite transformar divisas en pesos para adquirir granos a los productores al mejor precio posible en el mercado interno, garantizando la continuidad del circuito productivo y exportador, indicaron las entidades.
Factores que influyen en la liquidación
Las cámaras también aclararon que la variabilidad en la liquidación de divisas responde a múltiples factores, entre ellos la evolución de los precios internacionales, el volumen y la calidad de las cosechas, las condiciones climáticas, feriados, conflictos gremiales, cambios regulatorios y exigencias sanitarias de los países compradores.
Por ese motivo, advirtieron que las comparaciones directas entre distintos períodos pueden resultar imprecisas, ya que los tiempos de liquidación y exportación dependen de dinámicas propias del mercado agrícola y del comercio internacional.
El peso del complejo agroexportador
El impacto del complejo oleaginoso-cerealero en la economía argentina sigue siendo determinante. Según datos del Indec, incluyendo biodiésel y derivados, el sector explicó en 2024 el 45% de las exportaciones totales del país. La harina de soja lideró el ranking de ventas externas, seguida por el aceite de soja y el maíz.
Cambios en las retenciones
Durante 2025, la evolución del sector estuvo estrechamente ligada a las modificaciones en la política de retenciones. A fines de enero, el Gobierno aplicó una reducción transitoria de los derechos de exportación, que rigió hasta el 30 de junio y redujo las alícuotas de los principales granos.
Posteriormente, el presidente Javier Milei anunció que esa baja pasaría a ser permanente y extendió el beneficio a las exportaciones de carne vacuna y aviar. En septiembre, además, se avanzó con la suspensión total de las retenciones para granos y carnes hasta fines de octubre, o hasta alcanzar un tope de USD 7.000 millones en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior.
Estas medidas contribuyeron a dinamizar la comercialización y a fortalecer el ingreso de dólares en un contexto de precios internacionales más bajos.

