La pérdida de poder adquisitivo de los consumidores fue el principal motivo para que el consumo de leche por habitante haya caído un 20% en los últimos cinco años.
Según el informe divulgado por el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), el consumo de lácteos es el mismo que en el año 2003, cuando se consumía 170 litros por año per cápita. Cabe resaltar que el de yogur se desplomó 35% en la última década.
“La crisis económica que ha venido padeciendo la cadena láctea de Argentina no sólo ha provocado la paulatina desaparición de tambos sino que pulverizó la oferta industrial a punto tal que, según los últimos informes sectoriales, el 64,3% de la producción se reparte entre nada menos que 33 empresas”, indicó el reporte.
En diálogo con Veo Noticias, Virginia Yodice, nutricionista, expresó: "Estamos viendo que hay una disminución en los alimentos tradicionales como lácteos y carnes. Se dio lugar a otros alimentos más llenadores y sin tanto valor nutricional".
Además precisó que "ha crecido el consumo de harinas, el arroz o los fideos. Tanta carga de harina deriva en el tiempo en sobrepeso o en una insulina dependencia".
"Las políticas públicas tienen que tener un destino de fondos, que se fomente los alimentos que nos nutran. Hoy esos alimentos los están reemplazando con harinas que es lo más barato y lo que más llena", concluyó Yodice.