La bajante histórica del río Paraná generó varios inconvenientes en la captación del agua destinada al consumo humano, provoca que Aguas Santafesinas redoble los procesos para la potabilización y obliga al Ente Regulador de Servicios Sanitarios a multiplicar los controles para asegurar la calidad.
Veo Noticias dialogó con Anahí Rodríguez, directora del Enress, quien afirmó que "desde el ente hemos reforzado los controles de calidad respecto del servicio público de provisión de agua potable, dado este cuadro de emergencia hídrica que estamos atravesando. Estamos haciendo hasta cuatro controles diarios, con muestras que tomamos tanto de la toma como de la red. En este momento estamos con agua apta para el consumo humano. Es cierto que se produce un esfuerzo mecánico extraordinario para la captación del agua dado que surge con mayor turbiedad y con mayor concentración de sales. Pero en el proceso de potabilización se logra mitigar esta situación".
Con respecto a los riesgos relacionados a la pérdida definitiva de la calidad en el agua para el consumo a partir de la persistencia de la bajante, Rodríguez reconoció que "esto es un día a día, estamos con controles permanentes. Hemos detectado en aquellos prestadores que se sirven del acueducto centro-oeste un contenido natural de sales disueltas en el agua del río que ha hecho que nosotros aconsejemos a los prestadores, y a Aguas Santafesinas también, que pongan en marcha los sistemas de tratamiento de agua subterránea, que eran sistemas que estaban en utilización antes de la conexión al acueducto. Esta medida la hemos tomado dado que no es posible que en lo inmediato se puedan corregir estos parámetros de calidad y necesitamos que llegue agua segura a toda la población".
