El Gobierno nacional oficializó una nueva postergación parcial en la actualización de los impuestos que gravan a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, una decisión que impacta directamente en los precios de la nafta y el gasoil. La medida quedó establecida en el Decreto 840/2025, publicado en el Boletín Oficial, y vuelve a modificar el cronograma de aumentos contemplado en la Ley N.º 23.966.
De acuerdo con la normativa vigente, estos tributos deben actualizarse de manera trimestral según la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que informa el INDEC, con ajustes administrados por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Las correcciones se aplican en enero, abril, julio y octubre, y comienzan a regir desde el primer día del segundo mes posterior a su actualización.
Sin embargo, desde 2018 el Poder Ejecutivo ha recurrido sistemáticamente a decretos para diferir la entrada en vigencia de dichos incrementos con el objetivo de evitar saltos abruptos en los valores de los combustibles. El Decreto 617/2025 ya había aplazado parcialmente los ajustes correspondientes a 2024 y a los primeros dos trimestres de 2025, y había fijado el 1° de diciembre de 2025 como fecha de aplicación.
La nueva resolución vuelve a reordenar el esquema de aumentos pendientes. El Gobierno determinó cómo se aplicarán las actualizaciones correspondientes a los tres primeros trimestres de 2024 para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil. Además, incorporó un inciso que define los valores exactos que estarán vigentes entre el 1° y el 31 de diciembre de 2025.
Durante ese mes, los impuestos sobre la nafta sin plomo y la nafta virgen aumentarán en $16,377. En el caso del gasoil, el ajuste será de $13,546, con dos incrementos adicionales: uno de $7,335 y otro de $1,544 correspondientes al tributo sobre el dióxido de carbono. Para las naftas, el gravamen al CO subirá $1,003. Estos montos se basan en las cifras fijas actualizadas de la Ley N.º 23.966.
El decreto también establece que la totalidad de las actualizaciones postergadas de 2024 y los primeros tres trimestres de 2025 se aplicará de manera íntegra a partir del 1° de enero de 2026, prolongando así el proceso de normalización impositiva que viene demorándose desde hace años.
Desde el Ejecutivo explicaron que el objetivo es “continuar estimulando el crecimiento económico mediante un sendero fiscal sostenible”, lo que incluye evitar que los aumentos tributarios presionen sobre la inflación y el consumo en un contexto de actividad moderada. La estrategia busca amortiguar el impacto de los ajustes impositivos sin renunciar a su aplicación futura.
Finalmente, el Gobierno recordó que las actualizaciones se calculan en función de la variación acumulada del IPC desde enero de 2018, y que los nuevos valores deben aplicarse para los hechos imponibles generados a partir del primer día del segundo mes posterior a cada actualización trimestral.


