El Papa Francisco dijo el jueves que es moralmente legítimo que las naciones suministren armas a Ucrania para ayudar al país a defenderse de la agresión rusa. Hablando con periodistas a bordo del avión que regresaba de un viaje de tres días a Kazajistán, Francisco también instó a Kiev a estar abierto a un eventual diálogo, aunque pueda "oler mal" porque sería difícil para la parte ucraniana.
La guerra en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, fue el telón de fondo de la visita del Papa a Kazajistán, donde asistió a un congreso de dirigentes religiosos de todo el mundo.
En una conferencia de prensa aérea de 45 minutos, un reportero preguntó si era moralmente correcto que los países enviaran armas a Ucrania.
"Esta es una decisión política que puede ser moral, moralmente aceptable, si se hace en condiciones de moralidad", dijo Francisco, quien habló de los principios de la "Guerra Justa" de la Iglesia Católica Romana, que permiten el uso proporcional de armas letales para la autodefensa contra una nación agresora.
"La legítima defensa no sólo es lícita sino también una expresión de amor a la patria. El que no se defiende, el que no defiende algo, no lo ama. El que defiende (algo) lo ama", dijo.
Al explicar la diferencia entre cuándo es moral o inmoral suministrar armas a otro país, Francisco dijo: "Puede ser inmoral si la intención es provocar más guerra, o vender armas o tirar armas que (un país) ya no necesita. La motivación es lo que califica en gran parte la moralidad de esta acción".
Al Papa se le preguntó si Ucrania debería negociar con el país que la invadió y si había una "línea roja" para hacerlo. "Siempre es difícil entender el diálogo con países que han iniciado una guerra (...) Es difícil, pero no se debe descartar", expresó.
"No excluiría el diálogo con cualquier potencia que esté en guerra, aunque sea con el agresor (...) A veces hay que hacer un diálogo así pese a que huela mal", sostuvo el Papa, que usó la palabra italiana "puzza" (olor o hedor).
"(El diálogo) es siempre un paso adelante, con la mano extendida, siempre. Porque de lo contrario cerramos la única puerta razonable a la paz", reflexionó Francisco.