El papa Francisco criticó las leyes que criminalizan la homosexualidad como “injustas”, dijo que Dios ama a todos sus hijos tal y como son y pidió a los obispos católicos que apoyan esas leyes que acojan a las personas LGBTQ en la Iglesia.
“Ser homosexual no es un delito”, dijo Francisco durante una entrevista el martes con The Associated Press. Francisco reconoció que los obispos católicos en algunas partes del mundo apoyan las leyes que criminalizan la homosexualidad o discriminan a la comunidad LGTBQ, y se refirió a la homosexualidad como un “pecado”. Sin embargo, atribuyó esas actitudes a contextos culturales y dijo que los obispos en particular también deben pasar por un proceso de cambio para reconocer la dignidad de todos.
“También el obispo tiene un proceso de conversión”, dijo, añadiendo que debían mostrar “ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros”.
Francisco declaró esas normas como “injustas” y dijo que la Iglesia católica puede y debe trabajar para ponerles fin. “Tienen que hacerlo, tienen que hacerlo”, dijo.
Francisco citó el catequismo de la Iglesia católica para señalar que los homosexuales deben ser recibidos y respetados, y no deben verse marginados ni discriminados. “Somos todos hijos de Dios y Dios nos quiere como estamos y con la fuerza que luchamos cada uno por nuestra dignidad”, dijo Francisco, que habló con AP en el hotel vaticano donde vive.
También se le preguntó al pontífice de 86 años por su salud. “Estoy bien de salud. Por la edad que tengo, estoy normal. Puedo morir mañana, pero vamos, está controlado”, respondió con su ironía habitual. “Y yo pido siempre la gracia, que el Señor me dé el sentido del humor”.
Además indicó que la diverticulosis, bolsas que se forman en la pared del intestino, había “vuelto”. En 2021 se le extirparon a Francisco 33 centímetros de intestino grueso por lo que el Vaticano describió como una inflación causada por un estrechamiento del colon.
Añadió que tiene una pequeña fractura en la rodilla por una caída se había curado sin cirugía, tras un tratamiento con láser y magnetoterapia.
Con respecto a su futuro, tras la muerte del papa Benedicto XVI, su predecesor y que en 2013 se convirtió en el primer pontífice que renunciaba en 600 años, se preguntó a Francisco si hacían falta normas para jubilaciones futuras.
El papa Francisco dijo que ni siquiera se le ha ocurrido introducir normas para regular renuncias papales futuras, y que continuará mientras pueda como obispo de Roma pese a una oleada de críticas de algunos cardenales y obispos de alto rango.
“Después de alguna experiencia más, ahí se podría regularizar más o reglamentar más”, señaló. “Pero por el momento no se me ocurrió”.
En el corto plazo, Francisco recalcó su papel como “obispo de Roma” en contraste con la figura de papa y dijo que sus planes eran “continuar con ser obispo, obispo de Roma y en comunión con todos los obispos del mundo”. Indicó que quería eliminar el concepto del papado como una “corte”.
Fuente: Infobae