A cruzar los dedos. Pese a estar ubicada en pleno departamento General López, donde los casos de Covid crecieron exponencialmente en las ciudades más populosas, la pequeña localidad de Aarón Castellanos se ha convertido en una “fortaleza” donde el coronavirus aún no ingresó.
Si bien el presidente comunal, Walter Ramanzín, atribuye este fenómeno a una gran cuota de “suerte”, lo cierto es que la localidad ha tenido durante todo este tiempo un comportamiento que impidió el ingreso del virus: los controles en los accesos, el respeto al distanciamiento y las medidas de precaución fueron clave para mantener al pueblo “limpio” del virus.
“Es cierto, estamos rodeados, con el departamento muy complicado. No debe haber otro pueblo en la zona que esté libre de coronavirus, pero creo que no hay ningún secreto. Salvo la suerte, que hasta ahora está de nuestro lado, hemos concientizado a la gente, tenemos el ingreso controlado y jugó mucho la concientización”, explica Ramanzín.
Aarón Castellanos es una pequeña localidad ubicada en el extremo sur del departamento General López (y por ende de la provincia), casi en el límite con Buenos Aires. La separan de Rosario unos 220 kilómetros. Según el censo 2010 tenía 309 habitantes; hoy, las autoridades calculan que la habitan unos 400.
Como todos los pueblos, tiene movimiento de gente que sale e ingresa, pero el mandatario asegura que en realidad, los habitantes están más bien en los campos, porque el pueblo está bastante aislado.
Durante muchos años sufrió la crecida de la laguna La Picasa y el corte de la ruta nacional N° 7 por el avance del agua, que la dejó aun más aislada. Y ahora, debió encender todas las alarmas para evitar que ese virus tan temido ingresara al pueblo. Los habitantes de Aarón Castellanos se cuidan pero pueden hacer una vida casi normal.
Fuente: La Capital