El Vaticano confirmó este miércoles la próxima beatificación de Enrique Ernesto Shaw, empresario argentino, padre de familia y referente del pensamiento social cristiano en el ámbito empresarial. La decisión fue adoptada luego de que el Papa autorizara la promulgación del decreto correspondiente, dando un paso decisivo en el proceso de reconocimiento eclesiástico de una figura singular dentro de la historia reciente de la Iglesia en la Argentina.
La resolución papal incluyó también a once mártires españoles asesinados entre 1936 y 1937 durante la Guerra Civil, víctimas de la persecución anticristiana. Se trata de nueve seminaristas, un sacerdote diocesano y un laico pertenecientes a las actuales diócesis de Madrid, Getafe y Alcalá de Henares. Sin embargo, Shaw se convirtió en el único beato anunciado en esta ocasión que no está vinculado a aquel período histórico.
Según informó la Santa Sede, los mártires españoles fueron asesinados “por odio a la fe” y existe abundante documentación que acredita su disposición a dar la vida sin renunciar a sus convicciones religiosas. En ese marco, el Vaticano destacó que la fama de su martirio se extendió rápidamente y se mantuvo viva a lo largo del tiempo.
Enrique Shaw nació en 1921 en París y desarrolló una vida marcada por una profunda coherencia entre su fe y su actividad pública. No fue sacerdote ni religioso, sino empresario, esposo y padre de nueve hijos. También fue oficial de la Armada Argentina, aunque pidió la baja al manifestar su oposición a la guerra y su deseo de estar cerca de su familia.
Su mayor legado se dio en el mundo del trabajo y la empresa, donde impulsó una mirada innovadora para su tiempo: concebía a la empresa no solo como un espacio de producción económica, sino como una comunidad de personas. Promovió relaciones laborales basadas en el diálogo, la justicia social y el respeto por la dignidad humana, incluso en contextos de fuerte conflictividad.
Entre sus aportes más destacados se encuentra la promoción del salario familiar en la Argentina, una iniciativa pionera que buscaba que el ingreso del trabajador contemplara la responsabilidad de sostener una familia. En 1955 fue detenido en el contexto de la persecución religiosa que atravesó el país, a raíz de su compromiso público como católico.
Shaw fue fundador y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), desde donde impulsó la Doctrina Social de la Iglesia en el ámbito económico. Su camino de santidad se desarrolló en el mundo laico, convencido de que la transformación social también debía darse desde el interior de las estructuras productivas.
Gravemente enfermo de cáncer en su juventud, necesitó transfusiones de sangre urgentes. En ese contexto, los obreros de su empresa se ofrecieron espontáneamente a donar, un gesto que marcó profundamente su vida. “Ahora soy feliz, ya que por mis venas corre sangre obrera”, expresó entonces. Murió en 1962, a los 41 años.
El proceso de beatificación avanzó en los últimos años: en 2021 fue declarado venerable por el papa Francisco y en 2025 el milagro atribuido a su intercesión recibió la aprobación definitiva de las comisiones médicas, teológicas y del Dicasterio para las Causas de los Santos. Con la autorización del decreto papal, la Iglesia reconoce oficialmente una vida dedicada a integrar fe, trabajo y compromiso social.
