Jugaron mal y perdieron con los nervios que generaron imprecisión. La última imagen, de la salvada in extremis del arquero Ardente contra Estigarribia, instala la idea de que el empate lo debería valorar más San Martín de San Juan. Aunque el Verdinegro quedó muy complicado para mantener la categoría: ya no depende de sí mismo, porque además de ganarle a Talleres en la última fecha necesita una mano de Argentinos, que no pierda ante Patronato en Paraná, allí donde Defensa y Justicia dejó los puntos que casi sentenciaron su chance de pelearle el título a Racing.
En ese escenario, ganarle al Tallarín y que el Bicho empate, San Martín tendrá el derecho a desempatar con el Patrón. Siempre y cuando Tigre no le gane a River en el Monumental, con lo que habría un triple empate para resolver una salvación. ¿Cuál sería el paraíso? Que les gane a los cordobeses y que Patronato pierda. Ahí se salva directo salvo que el Matador saque los tres puntos en Núñez (habría desempate entre San Martín y Tigre).
Lavallén sabe que tendrá que trabajar mucho para mejorar la imagen de Colón. Había sido muy mala la actuación en la derrota contra Aldosivi en Mardel, eso sin dudas impulsó una presión a la que sus jugadores no supieron responder. Si hasta la Pulguita Rodríguez apareció poco y nada. Esparza no supo definir, los demás aportaron más voluntad que fútbol. Bueno lo de Bernardi con su esfuerzo y despliegue. No hubo mucho más.
San Martín, un equipo armado con algunos jugadores de experiencia pero sin la suficiente personalidad y fútbol, no supo responder bajo presión y demostró por qué cayó solito en la zona roja cuando al principio de año tenía aire. Fue patético cómo Palacios Alvarenga se cayó al quedar mano a mano. Esa es la peor imagen del Verdinegro, un síntoma que es toda una definición de su momento.
Fuente: Olé