No obstante, los profesionales médicos que representan a la entidad científica en nuestra ciudad, consideraron que dado el número de contagios que se están registrando en la provincia, sobre todo en las dos principales aglomerados urbanos, Santa Fe y Rosario, la vuelta a las aulas no podría darse en lo inmediato.
Esta pandemia vino a poner aún más en evidencia las inequidades de vastos sectores poblacionales, con déficit habitacional, falta de agua, luz precaria y sin conexión a redes de internet. Asimismo, en el aislamiento recrudecieron situaciones de violencia, maltrato familiar y abusos. La inasistencia escolar trae aparejado otros riesgos como el embarazo en la adolescencia y la explotación laboral y sexual”, afirmó el Dr. Omar Tabacco, presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Para hacer frente a estas desigualdades y problemáticas sociales, desde la SAP consideran que es necesario que las autoridades asignen recursos y diseñen estrategias dirigidas a garantizar un acceso equitativo a la educación para todos los niños, niñas y adolescentes del país.
Como recomendación, sugieren evaluar la realidad epidemiológica en cada caso aplicando indicadores para los establecimientos escolares que determinen el nivel de riesgo de transmisión del coronavirus SARS-CoV-2 que presenta esa escuela (alto, medio o bajo), lo que no significará que la escuela no pueda reabrir para reanudar las clases presenciales, sino que deberá considerar modelos de enseñanza alternativos (p. ej., una combinación de clases presenciales y virtuales, también conocido como modelo de educación híbrido, o solo clases virtuales).
De manera similar, si una escuela cumple todos los indicadores principales y muchos de los indicadores secundarios, es igualmente posible que se registren uno o más casos de COVID-19 entre los estudiantes, maestros, administradores y otros miembros del personal. Como resultado, estar dentro de la categoría de riesgo de transmisión “bajo” o “más bajo” no significa que la escuela deba relajar su acatamiento a las medidas de mitigación. Los funcionarios deberán monitorear frecuentemente estos indicadores y ajustarlos según sea necesario.