Una vez más lo que debía ser una fiesta futbolística se vio empañada por el bochorno y la violencia. Un pésimo arbitraje de Roberto Carreño derivó en una violenta reacción de jugadores de La Pepita que se sintieron perjudicados por un fallo del juez, lo agredieron y el juego se suspendió cuando faltaban 15 minutos en la final de la Liga Galvense.
El partido estaba igualado en un tanto (Felipe Torres abrió la cuenta con un golazo para Santa Paula y Franco Farías igualó para la visita), La Pepita se consagraba campeón pero en una falta para el local, Carreño discutió fuertemente con un jugador y jugadores del equipo galvense movieron la pelota.
En medio del tumulto la jugada siguió y terminó en el gol de la victoria para Santa Paula ya que en un rebote tras un cabezazo la empujó Walter Correa para poner el 2 a 1. Allí sobrevino la reacción de los jugadores de La Pepita que agredieron al juez quién minutos después suspendió el partido por falta de garantías.
Ahora será el tribunal de disciplina quién decida el destino del partido ya que con la victoria parcial de Santa Paula la serie debería definirse en penales.
