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Escuela Avellaneda: secuestraron dos réplicas de armas de aire comprimido a alumnos

Ocurrió cerca del mediodía de este viernes, cuando las autoridades del establecimiento educativo denunciaron que dos alumnos tenían armas de fuego en sus mochilas. Personal policial secuestró ambas armas, que resultaron ser réplicas exactas pero de aire comprimido.

23 de mayo de 2025


Por Juan Trento

Este viernes al mediodía, las autoridades de la Escuela Técnica Nicolás Avellaneda, ubicada en la esquina de las calles Laprida y Calcena, a metros de la Plaza de la Locomotora en la zona de la costanera capitalina, denunciaron ante la central de emergencias 911 que dos alumnos podrían haber ingresado armas de fuego al establecimiento entre sus pertenencias.

El director de la institución fue entrevistado por dos efectivos de la Brigada de Ciclistas y de la Comisaría 5ª, y señaló que los dos alumnos señalados se encontraban en ese momento en el polideportivo.

Réplicas de armas de aire comprimido

Ante la situación, los policías se dirigieron al lugar donde estaban los adolescentes, identificaron a los dos jóvenes de 16 años y les secuestraron dos réplicas de armas de fuego, que en realidad eran de aire comprimido. Posteriormente, se notificó a los progenitores de los menores, y se trasladó el procedimiento a la Comisaría 3ª, ubicada en barrio Candioti, sede de la Estación Policial Centro (EPC).

Intervención judicial

La novedad, que generó conmoción en la comunidad educativa por la presencia policial y el hallazgo de las armas, fue comunicada a la Jefatura de la Unidad Regional I (La Capital) de la Policía de Santa Fe. Desde allí, se dio aviso a la justicia de menores en turno, que ordenó mantener secuestradas las réplicas y que los padres de los alumnos se presenten en la sede judicial correspondiente.

Peligrosidad de las armas de aire comprimido

También conocidas como armas de aire o de presión, pueden resultar peligrosas e incluso letales en ciertas circunstancias. Aunque no utilizan munición explosiva, disparan proyectiles a velocidades significativas capaces de causar daños severos. Estas armas pueden provocar lesiones oculares, heridas penetrantes que atraviesan la piel y afectan órganos internos, e incluso traumatismos graves, especialmente si el impacto ocurre en la cabeza o el cuello.