El cambio de gobierno puso a los importadores de autos en estado de alerta por el temor a un aumento de la presión fiscal. Este segmento de vehículos, debido al valor de modelos, es el que más está alcanzado por los Impuestos Internos, un gravamen que apunta a productos “de lujo”. En medio del festival de medidas para incrementar la recaudación, preocupa en el sector que se decida un “impuestazo” para los 0 km más caros, como sucedió en los últimos años de la anterior gestión kirchnerista. Es por eso que algunas empresas consultadas decidieron apurar la nacionalización de unidades para escapar de un nuevo “golpe” tributario. “Tratamos de nacionalizar, antes de fin de año, todas las unidades que están en el puerto para cubrirnos por cualquier cambio de reglas de juego” señalaron en una de las principales marcas importadoras.
Los importadores de autos suelen dejar los vehículos en los depósitos aduaneros para ir nacionalizándolos en la medida en que lo requiera la demanda. Al sacarlos del puerto, se deben pagar los impuestos.
“En nuestro caso, nos jugamos. Nacionalizamos una parte y dejamos un volumen muy chico en depósito para no desembolsar todo el dinero. Si no hay cambios, no tendremos problemas...”, explicaron en otra empresa. Cada marca tiene una estrategia y necesidad distinta. “Por el volumen de operaciones que tenemos, vamos nacionalizando todo a medida que llega, pero es lógico que los competidores se apuren a ingresar los autos para pagar menos” reconocieron en otra automotriz.
Las automotrices se sorprendieron a comienzos de mes con un cambio inesperado, tal como adelantó Ámbito Financiero. El plazo del esquema de Impuestos Internos que, como estaba previsto, debía regir desde el 1° de diciembre hasta el 28 de febrero se vio recortado al 31 de este mes, según apareció publicado en la resolución que figura en el sitio oficial de la AFIP. Hasta fin de noviembre, la norma que se podía consultar por internet establecía, como estaba previsto, que las actuales condiciones tenían vigencia por tres meses y no por uno.
El dato no es menor ya que, en la práctica, significa que la actualización del monto establecido a partir del cual se paga este tributo duraría menos tiempo del esperado y, desde el 1 de enero, se desconoce el valor sobre el cual se liquidará este gravamen. Esto obligaría a las terminales e importadores a recalcular su plan de negocios.
Según la ley de Impuestos Internos, que empezó a regir a comienzos de este año, la base imponible debe ser ajustada trimestralmente tomando en cuenta la inflación del período anterior. Desde comienzos de diciembre este aumento estableció que los vehículos de más de más de $1.831.084 de precio mayorista o de alrededor de $2.600.000 de valor al público paguen una alícuota del 20% del precio final. Por la forma de cálculo de este tributo, los modelos afectados sufren un incremento de su valor del 25%.
Con el cambio de plazos que apareció subido hace dos semanas a la página de la AFIP, esta escala dejará de tener efecto a fin de este año.
Desde el Gobierno anterior explicaron a ADEFA que el motivo del acortamiento del plazo se debe a una cuestión administrativa. La resolución incluye también al segmento de las motos y que, en este caso, la actualización de la base se realiza de forma anual por lo que “por cuestiones técnicas” hubo que hacer una corrección a la resolución para que se produjera el “corte” a fin de año pero que para los autos sigue vigente el esquema hasta fin de febrero. Esto se debe a que, como los Impuestos Internos están asignados por el Presupuesto y el vigente en la actualidad no puede trasladar al año siguiente ningún compromiso fiscal por lo que hay que incluirlo en el de 2020.
El problema radica en que este hecho se produce en medio de un cambio de gobierno y los funcionarios que prometieron solucionar el problema dejaron sus cargos el 9 de diciembre y los entrantes deberán atender temas de mayor urgencia como para darle rápida respuesta al caso en cuestión. No fue casual que, durante la semana pasada, el sector se inundara de versiones que indicaban que podían subir la alícuota sobre la que se calcula el tributo. Esto se debe a que la gestión kirchnerista tuvo una política más dura con este gravamen ya que la carga impositiva era mayor hasta diciembre de 2015 -llegó al 50%- y fue el gobierno de Mauricio Macri el que lo fue atenuando. Es cierto que había prometido eliminarlo y no lo hizo, pero sí lo redujo en parte. En el sector temen que la actual gestión vuelva a aumentar el impuesto a los autos de lujo y aproveche esta situación confusa para avanzar en ese sentido y dar marcha atrás a la política de los últimos años.
Fuente: Ambito.com