Esta mañana, una mujer fue víctima de un violento ataque por parte de su ex pareja en la zona de Francia al 2700. Tras el hecho, sus familiares directos rompieron el silencio y denunciaron un largo historial de hostigamiento, amenazas y desprotección judicial.
David, el hijo mayor de la víctima, relató el calvario que vivían desde hace más de un año, cuando la pareja se separó. “Siempre con acosos, mandándole mensajes, mandándome mensajes a mí. Sabía nuestros horarios, sabía cómo nos movíamos”, detalló el joven.
El hijo de la mujer, quien aclaró que el agresor “por suerte” no es su padre biológico pero sí de sus dos hermanos menores, apuntó directamente a la inacción de la justicia, presuntamente influenciada por la familia del atacante. “Hace años viene pasando esto, vive con denuncias. Lamentablemente tiene la madre que es jubilada de la Cámara de Diputados y siempre salía impune, nadie hacía nada”, denunció David.
Además, reveló que el hombre tiene problemas de adicciones: “me lo he cruzado en Buenos Aires y estaba pasado de todo tipo de sustancias” y que incluso pesaba sobre él un pedido de captura, pero “de un momento a otro desapareció”.
Tanto la víctima como su hijo contaban con medidas de protección. “Mi mamá y yo teníamos perimetral, el botón antipánico lo tenía en el celular”, confirmó David, quien cerró su testimonio con desesperación: “Más que miedo, [siento] bronca e impotencia de tantos años que no se haga nada”.
El testimonio de Ángeles, madre de la víctima, ratifica la sensación de desamparo. Recordó que el agresor “estuvo 8 meses preso, pero lo largaron por buena conducta, con la condición que todos los meses vaya a firmar”.
Sin embargo, las medidas no detuvieron el hostigamiento. “Ella estaba con medidas de distancia, le dieron un botón de pánico y lo bloqueó de todos lados. El otro día me dice: ‘mamá, tengo 18 llamadas de él’. Los atormenta a sus hijos llamándolos”, explicó Ángeles.
La mujer describió al atacante como un hombre con “perfil violento”, problemas de consumo y que recibe protección económica. “Él consume, no sabe vivir. La madre lo mantiene, tiene buen sueldo y paga a los abogados”, afirmó, coincidiendo con su nieto sobre la influencia de la familia del agresor.
El cierre de Ángeles fue un ruego desesperado a las autoridades: “Que lo metan preso, ¿quieren que mi hija salga dentro de una bolsa de consorcio? No puede ser que esto pase”.
