Israel abre este domingo una nueva página con un voto en la Knéset (parlamento) para ratificar una "coalición de cambio" formada por rivales ideológicos unidos para poner fin a doce años de Benjamín Netanyahu en el poder, el primer ministro más longevo de su historia.
Los diputados se reúnen en sesión especial para que el centrista y líder opositor Yair Lapid y el político de derecha radical Naftali Bennett presenten su equipo, que se someterá a votación entre las 18:30 y las 20 hora local (entre las 12:30 y las 14 hora argentina).
Esta coalición heterogénea formada por dos partidos de izquierda, dos de centro, dos de derecha, una de extrema derecha y una formación árabe logró la mayoría necesaria de 61 diputados de los 120 del parlamento.
A no ser que haya un cambio de último minuto, conseguirá el visto bueno de los diputados, que de esta forma expulsarán del poder a Netanyahu, a la cabeza del Gobierno desde hace 12 años de forma ininterrumpida y quince en total.
"La mañana del cambio", tuiteó este domingo Lapid, cuya coalición debería asumir las riendas del poder formalmente el lunes.
Netanyahu, de 71 años y del partido Likud, está siendo juzgado desde hace un año en tres causas por corrupción. Las protestas para pedir su dimisión se venían sucediendo, la última de ellas el sábado por la noche.
La nueva coalición gubernamental estará dirigida por Bennett, jefe del partido de derecha Yamina y exsocio de Netanyahu, durante los dos primeros años, y después por Lapid durante un período equivalente.
En los últimos días, el Likud llevó a cabo una intensa campaña para disuadir a los diputados de Yamina de votar por el nuevo ejecutivo.
En cualquier caso, el partido de Netanyahu se comprometió con un "traspaso de poder pacífico" después de más de dos años de crisis política con cuatro elecciones en Israel, cuyo resultado no permitió formar gobierno o bien desembocó en uno de unión nacional que duró unos pocos meses.
Después de las últimas elecciones, celebradas en marzo pasado, la oposición se unió contra Netanyahu y sorprendió al conseguir el apoyo del partido árabe israelí Raam del islamista moderado Mansur Abás.
"El gobierno trabajará para toda la población, religiosos, laicos, ultraortodoxos, árabes, sin excepción", prometió Bennett.
"La población merece un gobierno responsable, eficaz, que anteponga el bien del país en sus prioridades", agregó Lapid, quien está previsto que se convierta en ministro de Relaciones Exteriores.
La coalición se comprometió a llevar a cabo una investigación sobre la estampida del monte Merón, que dejó 45 muertos en abril pasado, a reducir la "delincuencia" en las ciudades árabes y a defender los derechos de las personas LGTB.
Pero también se propone reforzar la presencia israelí en la zona C de Cisjordania, es decir, aquella sobre la que Israel tiene pleno control militar y civil y que representa alrededor del 60% de este territorio palestino ocupado desde 1967.
No le faltarán retos al nuevo gobierno, como una marcha prevista el martes de la extrema derecha israelí en Jerusalén este, un sector palestino ocupado por Israel, que podría volver a desatar tensiones con los palestinos.
El movimiento islamista Hamás, en el poder en Gaza, un enclave palestino bajo bloqueo israelí, amenazó con tomar represalias si esta marcha tiene lugar cerca de la Explanada de las Mezquitas, en un contexto de gran tensión por la colonización israelí en Jerusalén.
El 10 de mayo, Hamás lanzó una salva de cohetes contra Israel en "solidaridad" con los palestinos heridos en enfrentamientos con la policía israelí en Jerusalén por el proyecto de Netanyahu para desalojar un barrio palestino y entregarlo a colonos judíos.
Ello desembocó en 11 días de hostilidades que terminaron gracias a un alto el fuego fomentado por Egipto, pero las negociaciones para alcanzar una tregua sostenible fracasaron. Resolverlo será otro de los retos del Ejecutivo.
Fuente: Ámbito