Heinz Hosp, austriaco de 19 años, actualmente enrolado en el ejército, es un entusiasta del buceo en acantilados y documenta regularmente las inmersiones épicas que realiza.
Este atrevido salto se realizó desde una altura de 30 metros, con una piscina muy pequeña esperando en el fondo. El salto, tenía que salir a la perfección para que Heinz aterrizara sano y salvo en el agua, sin que le atrapara ninguna de las rocas irregulares del camino.
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