Con la nueva suba que anotó este jueves el dólar blue, que finalmente sobrepasó la barrera de los 200 pesos, la brecha cambiaria con el precio de la divisa mayorista que administra el Banco Central superó el 100 por ciento. Para los analistas, una distancia de esa magnitud entre los dos valores del tipo de cambio preanuncia una expectativa aún mayor de devaluación para los próximos meses y también anticipan un impacto en la actividad económica, que se traduciría a partir de nuevas presiones inflacionarias y distorsiones en el comercio exterior.
En rigor, la divisa ya había estado al borde de tocar los $200 en octubre del año pasado. En esa ocasión, la fuerte inyección monetaria que precisó el Gobierno para financiar los paquetes de ayuda a personas y empresas en medio del primer impacto de la pandemia provocaron desde mediados de septiembre una corrida hacia la moneda norteamericana que la llevó a un techo de $195 por unidad, un valor nominal al que regresó la semana pasada.
No es la primera cotización paralela que supera esa barrera. En particular, los precios implícitos en bonos soberanos como el contado con liquidación y el dólar MEP se mantienen por sobre esa marca desde la semana pasada. Hoy, el dólar contado con liquidación libre, el que no está intervenido por el Banco Central, subía 0,4% para llegar a los $215 por unidad mientras que el dólar MEP llegaba a $204,54.
Este jueves el Gobierno le restó importancia a la escalada del dólar. La portavoz Gabriela Cerruti dijo que el blue “es un mercado que se maneja con sus propias reglas y sus propias expectativas” y que en ese sentido “está reflejando expectativas que tienen que ver más con la situación política que con la situación económica”.
“Esperamos que esto no influya en la situación macroeconómica como no está influyendo, la situación que nosotros estamos viendo es totalmente diferente a esas expectativas”, mencionó. Para los analistas, de todas formas, más allá del precio puntual del dólar blue la preocupación pasa por el impacto en la macroeconómica que pueda tener un nivel de brecha cambiaria elevado.
En ese sentido, para Guido Lorenzo, director ejecutivo de la consultora LCG, “el riesgo de una brecha tan alta es que se empiece a incorporar en las expectativas que ese dólar a 200 es un valor razonable y que sea muy difícil bajar ese nivel de expectativa de devaluación”, mencionó en diálogo con Infobae.
“El riesgo es que eso se traslade después a precios. Si bien las importaciones se hacen con los precios del dólar oficial, un importador puede temer que el día de mañana tenga que importar ese mismo bien a un precio mayor”, apuntó el economista.
De todas formas, también marcó otro factor como crítico a la hora de analizar síntomas de una brecha de esa magnitud. “También hay que ver hasta qué punto no puede disparar una dolarización por la vía de una salida de depósitos en pesos, eso es más preocupante. Son muchos pesos en depósitos y pocos dólares, eso te puede llevar a un tipo de cambio más alto”, sostuvo Lorenzo.
Por su parte, María Castiglioni Cotter, directora de C&T Asesores Económicos, consideró que, por definición, la brecha cambiaria es la medida “de la desconfianza”. “Una brecha por encima del 100% en el blue agranda las distorsiones. La brecha es el tamaño de los desequilibrios en el mercado de divisas, básicamente la huida del peso en un contexto de cepo en que el dólar oficial esta totalmente contenido”, dijo a este medio.
“Entre las consecuencias, aumentan las especulaciones con que después de las elecciones podría ajustarse más rápido para achicar esa brecha. Se esperan también más regulaciones o trabas, como lo que ya se ve en el caso de los medicamentos, porque una brecha impacta en precios y expectativas y porque es la medida de la desconfianza”, continuó.
Por otra parte, la economista dijo que la actividad económica también se ve resentida por un nivel semejante de distancia entre la cotización oficial y los dólares paralelos. “Esto traba la actividad económica muchísimo. Esa especulación sobre que lo que va a pasar con el tipo de cambio y la incertidumbre en general frena la inversión y las decisiones y genera un aumento de precios preventivos esperando un mayor control”, apuntó Castiglioni Cotter.
“También en el caso del comercio exterior esto genera un incentivo a querer importar rápidamente a dólar oficial y a postergar exportaciones. La idea además de que las importaciones estén trabadas hace que muchos productos importados empiecen a escasear y a que aumenten de precio”, explicó. “Por eso impacta en la economía y en la inflación, no sólo actividad económica. Agrava los problemas que ya tiene la Argentina desde hace tiempo”, concluyó.
Por su lado, Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria Consultores agregó que “la consecuencia de las brechas en estos niveles (blue, contado con liquidación y MEP) es que el comercio exterior se traba y el BCRA pierde reservas”, remarcó como elemento principal.
“Ningún agente de la economía tiene incentivos a liquidar dólares al oficial (que, neto de retenciones, es mucho menos) si hay estos niveles de brecha; prefieren esperar la corrección del oficial y liquidar a un dólar más alto. Y los importadores al revés: tratan de adelantar toda la mercadería al oficial ante la expectativa de que va a haber una devaluación”, resumió.
“El resultado que tenés es menos reservas. Si el BCRA frena la salida de reservas trabando importaciones, la actividad sufre y la inflación se acelera porque los agentes miran más el blue que el oficial para fijar precios”, concluyó Paolicchi.
Por último, Martín Vauthier, analista de Anker Latinoamérica, consideró en diálogo con Infobae que las consecuencias de una brecha en ese nivel en la economía real “ya las estamos viendo”. “A pesar del ancla tarifaria, la inflación corre a un ritmo más rápido que el desplazamiento del tipo de cambio oficial y los precios regulados. Eso se explica con un Banco Central con pocas reservas y que tiene que endurecer el cepo”.
“Al ser cada vez más difícil acceder al precio oficial, va perdiendo relevancia en el proceso de formación de precios o de análisis de costo de reposición de las empresas aumenta la proporción de los dólares financieros. Esa es la consecuencia de esta presión. A pesar del cepo y las anclas tarifaria y de dólar oficial la inflación va por arriba de esos niveles”, opinó.
“Esta brecha es un reflejo del desequilibrio monetario y la combinación con las expectativas, que también están muy deterioradas. En ese contexto, el síntoma en un contexto de cepo es la presión sobre estos dólares. Hay muchos pesos dando vuelta en la calle y en pasivos remunerados y hay expectativas de que haya todavía más y en un marco en que el BCRA tiene pocas reservas. Esa incertidumbre tiene que ver con la falta de un programa económico creíble que ancle expectativas y probablemente continúe hasta que no aparezca ese programa”, concluyó Vauthier.
Fuente: Infobae