La construcción del nuevo puente que unirá a las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé continúa sumando avances visibles y mantiene las expectativas de la región en torno a una obra largamente esperada. Según informó el administrador de Vialidad Provincial, Pablo Seghezzo, el proyecto se encuentra dentro de los plazos estimados y con un nivel de ejecución sostenido gracias a un intenso ritmo de trabajo.
Hasta el momento, se colocaron 57 pilotes que constituyen la base estructural, junto con 15 columnas que sostendrán el viaducto. Además, ya se montaron 2 dinteles y 18 vigas prefabricadas, piezas fundamentales para el armado de los tramos superiores del puente.
Seghezzo explicó que se ha trabajado “mucho de noche” para recuperar parte del tiempo perdido en los primeros meses de la obra, afectados por condiciones climáticas adversas y cuestiones logísticas. “Hoy podemos decir que el proyecto avanza según lo previsto y con la calidad técnica que requiere una obra de esta envergadura”, aseguró.
Un factor que juega a favor en esta etapa es el bajo nivel del río Salado, lo que permite trabajar con mayor seguridad y dinamismo en el sector de pilas y fundaciones. Esta condición hidrológica agiliza el traslado de materiales, el movimiento de suelos y las operaciones de montaje, reduciendo riesgos y tiempos de espera.
El nuevo puente Santa Fe–Santo Tomé es considerado estratégico para mejorar la conectividad entre ambas ciudades, aliviar el tránsito sobre el actual viaducto Carretero y potenciar el desarrollo metropolitano. Además, busca responder a una demanda histórica de los vecinos que desde hace décadas reclaman una alternativa vial más ágil y segura.
