La llegada de las aplicaciones permitió abaratar los costos de los viajes, es verdad, pero desató una serie de injusticias que también se ve en otros rubros, donde gana más el que más evade responsabilidades y tributos.
Hace cuatro meses que se sancionó en Santa Fe la ordenanza que regula a las plataformas de viajes privados, exigiendo entre otras cosas su inscripción. Sin embargo, de las más conocidas, sólo Cabify y Maxim se inscribieron pero Didi y Uber no lo han hecho todavía.
Por este motivo la Municipalidad no tiene el control que debiera sobre el total de la oferta existente, con el consabido perjuicio para taxistas y remiseros que han visto decaída la demanda en porcentajes realmente históricos.
Sebastián Mastropaolo, secretario de Gobierno de la ciudad, afirmó que “estamos en diálogo permanente con la gente de remises para seguir evolucionando en esta ordenanza, que se puedan inscribir las distintas plataformas y que tengamos un sistema realmente ordenado”.
Como si fuera poco, estas apps han incorporado a las motocicletas en lo que se denomina “moto-uber” o “didi-motos”. Sin embargo, el funcionario volvió a decir que “la ordenanza no contempla el servicio en moto. Vamos a seguir haciendo los controles en conjunto con la policía y, si se detecta a una persona transportando a terceros en moto, se procederá a la retención del vehículo”. La falta de acuerdo con las dos empresas más conocidas está centrada en este servicio no habilitado. “No vamos a poner en riesgo a los vecinos de la ciudad”.
La gran diferencia hoy en día entre taxis y remises con el resto, es la cobertura de un seguro que en estos últimos no está, menos si el viaje se hace en motocicletas, vehículos que no tienen autorización para transportar personas de manera comercial en Santa Fe.
Imagen ilustrativa.
