La agencia espacial estadounidense lanzó una licitación que sorprendió al mundo entero: le propuso a empresas privadas que tomen muestras de rocas lunares y las traigan a la Tierra. “¡La NASA busca comprar suelo lunar a proveedores comerciales!”, tuiteó el administrador de la NASA, Jim Bridenstine. También agregó que es hora de regular la extracción e intercambio de los recursos espaciales.
Esto es parte del proyecto Artemis, que busca en la próxima década generar una base sustentable en el satélite de la Tierra.
Estados Unidos pretende liderar la explotación de recursos, principalmente la minería, que se encuentren en suelo o subsuelo de asteroides y de la Luna, en el marco de una política impulsada por el presidente Donald Trump.
El mandatario estadounidense emitió en abril un decreto en ese sentido pese a la ausencia de consenso internacional y jurisprudencia sobre cómo administrar y compartir los recursos extraterrestres. Los tratados espaciales existentes son vagos a la hora de determinar la explotación de recursos fuera de la Tierra.
Con este anuncio la Nasa invita a las empresas a presentar sus propuestas para extraer “pequeñas” muestras de piedras lunares o de polvo que cubre la superficie del satélite.
Las muestras pasarían luego a ser propiedad de la NASA, que sería el “único” dueño del material. El 80% del importe que establezca el contrato se abonará contra la entrega de las muestras. Los proveedores externos deberán probar, mediante fotos y videos, que efectivamente las muestras fueron tomadas en la Luna.
El objetivo de la NASA es que la recuperación y la transferencia de propiedad se completen antes de 2024. La solicitud crea una competencia completa y abierta, no limitada a empresas estadounidenses, y la agencia puede otorgar uno o más premios. ¿Cuánto pagará la agencia espacial? De 15.000 a 25.000 dólares por muestras de rocas, regolito lunar (polvo y escombros) o hielo. Estas piezas deben pesar entre 50 y 500 gramos.
El llamado a ofertas se enmarca en un nuevo modelo económico que comienza a ganar fuerza en la agencia espacial estadounidense y que consiste en tercerizar el desarrollo y funcionamiento de las misiones a través de contratos con empresas espaciales privadas. El pago es relativamente bajo, pero se entiende que los proveedores tendrían otro tipo de misiones para que el viaje a la Luna sea más rentable.
En esa línea, la NASA suscribió un acuerdo con SpaceX, que se encarga del transporte de carga y astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Parte de la propuesta también es que crezca el “comercio espacial”, la innovación para los viajes por la galaxia y preparar los sistemas para un viaje mucho más largo y complejo para llegar a Marte.
Fuente: tn.com.ar