Colón volvió a tener a su gente en el estadio Brigadier López luego de más de un año y medio a puertas cerradas. Lo que parecía que iba a ser una fiesta total, tras los festejos por la consagración de la edición pasada de la Liga Profesional, terminó opacado por las amenazas de los barrabravas, el exceso de público en la cancha y los policías hospitalizados tras los incidentes.
Ahora, el Ministerio de Seguridad de la Provincia y la Municipalidad de Santa Fe se "tiran la pelota" para ver quién era realmente el responsable de controlar la cantidad de hinchas que ingresaban al Cementerio de los elefantes en lo que prometía ser una fiesta total.
Diego Llumá, el Subsecretario de Seguridad Preventiva (del Ministerio de Seguridad de la Provincia), afirmó que "El control del aforo era responsabilidad legal del Municipio y quedó en claro que se cerraban las puertas, aunque quedara gente afuera". De esta manera, responsabilizó al Municipio local de no haber hecho respetar el aforo del 50% en el estadio de Colón, en el encuentro que terminó igualado sin goles entre los de Eduardo Domínguez y el Taladro.
Además, Llumá insistió en que ellos (el Ministerio de Seguridad), debían controlar a los barrabravas que amenazaban con atacar el Fonavi, y que, además, tuvieron un intento frustrado de suspender el partido correspondiente a la fecha 14 del torneo local.