Febrero cerró con un total de $ 1.166.514 millones que ingresaron a la AFIP a través de sus tres fuentes: DGI $601.202 millones; Aduana $306.425 millones y Anses $258.887 millones, acusando en todos los casos aumentos por sobre la tasa de inflación, y reafirmó lo destacado por el presidente Alberto Fernández en el discurso de apertura de la Asamblea Legislativa. Dijo: “La recaudación lleva diecisiete meses consecutivos de crecimiento por encima de la variación de los precios. Eso se debe al crecimiento económico, a los cambios en la estructura tributaria y al fortalecimiento institucional de la AFIP”.
En términos porcentuales, la recaudación de febrero creció 62,8%, lo que implica un crecimiento de 8% en términos reales, en comparación con poco más de 50% de inflación que hubo en ese mismo período. De esta manera, acumuló 18 meses consecutivos con crecimiento en términos reales en comparación con el año previo.
“Febrero marca así el mejor nivel de recaudación real para este mes a nivel histórico. Este año, la base de comparación deja de ser un determinante del crecimiento en la recaudación ya que en 2021 la misma superó los valores recaudados en términos reales de los años de la crisis de 2018-2020″, comunicó el Ministerio de Economía.
“️El IVA impositivo volvió a registrar una mejora en términos reales, en línea con el dinamismo del mercado interno. La magnitud de la variación interanual del impuesto se vio atenuada por la adhesión excepcional a planes de pago durante el mes pasado y las mayores compensaciones realizadas hacia otros impuestos. Cuando no se consideran dichos factores, la variación interanual del IVA neto arroja un saldo real positivo de mayor magnitud”, mencionaron.
“De esta forma, se observa una evolución favorable generalizada de los distintos conceptos que integran el sistema tributario, sosteniendo una tendencia de la recaudación nacional que garantiza el fortalecimiento y ordenamiento de las cuentas públicas en un contexto de crecimiento económico virtuoso con recuperación de los ingresos de la población”, concluyó el Palacio de Hacienda.
No obstante, nuevamente en febrero se advirtió una desaceleración en el ritmo de aumento nominal respecto a un año antes, y más aún en términos reales de los ingresos de la AFIP, y en particular en comparación con la tasa de aumento de la actividad económica agregada, la cual se explicaría por varios factores concurrentes:
1) La anticipada liquidación de los saldos disponibles de exportación de cereales y oleaginosas, en particular en diciembre, para contribuir a atenuar la sangría de reservas de divisas en el Banco Central, y también para que los operadores saquen provecho de tasas de interés que se ubicaron por encima de la devaluación oficial, y mejor aún de las colocaciones financieras ajustables por inflación;
2) Las limitaciones que comenzó a enfrentar el sector industrial para producir y responder a la demanda interna y externa, por la pérdida de fluidez de la entrada al país de insumos importados al intensificarse desde principios de enero el control de cambios con la instrumentación por parte del Banco Central de un nuevo sistema para trabar los pagos de servicios al exterior, los cuales se sumaron a los cupos de pagos de operaciones con mercaderías;
3) Esa falta de oferta de productos se manifestó puntualmente en el mercado final de bienes durables en la segunda disminución consecutiva en la cantidad de patentamientos de autos 0Km, en comparación con un bajo primer bimestre del año previo; y en general en los índices de actividad fabril y agregados de FIEL y del Estudio Orlando Ferreres, en ambos casos respecto de los meses previos en valores ajustados por estacionalidad; y
4) La aceleración de la inflación, porque si bien contribuyó a sostener la nominalidad de los recursos tributarios por sus efectos sobre los impuestos vinculados con la actividad, en términos monetarios, afectó las expectativas de gastos de muchos consumidores, en particular del amplio segmento de trabajadores donde sus ingresos no están “enganchados” con las convenciones colectivas de los grandes gremios, tanto dentro de los asalariados privados registrados, como más aún de los que se desempeñan en negro (”sin descuento jubilatorio”, en la terminología del Indec) y los cuentapropistas -monotributistas y autónomos-.
5) Creciente informalidad, para escapar de la elevada presión tributaria sobre los que pagan; y del atrasado régimen de contrataciones laborales. Ese desplazamiento se traduce en mayor demanda de segundas y terceras marcas, fenómeno que no altera mucho la medición del PBI en el equivalente a unidades físicas -términos reales-, pero sí en la facturación a lo largo de la cadena de producción y comercialización.
Coparticipación en febrero
“En el segundo mes del corriente año, el gobierno Nacional envió al consolidado de provincias más CABA $366.541 millones en concepto de coparticipación, otras leyes especiales y complementarias, y compensaciones. Ello significa un incremento nominal del 58,7% respecto a igual mes del año anterior. Al descontar la inflación del período se observa que hubo un crecimiento real del 5,1%”, destaca el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), luego de procesar los datos oficiales.
Agrega el informe privado que “con relación al primer mes del año se registró una aceleración en la tasa de crecimiento, ya que se ubicó 2,2 puntos porcentuales por encima a la tasa real interanual”.
El crecimiento fue generalizado en todas las jurisdicciones, con tasas que van desde 2,6% para Tierra del Fuego, hasta 5,5% real para Buenos Aires.
Fuente: Infobae