Pablo Ventura, el último detenido por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell que anoche fue excarcelado por la Justicia provincial, hizo declaraciones a la prensa este miércoles por la mañana junto a su padre y permanecerá en la ciudad balnearia para asistir a cuatro jornadas de la rueda de reconocimiento.
“Me siento un poco mejor. Estoy un poco angustiado, nada más”, comenzó esta mañana su declaración ante los móviles televisivos que aguardaron su salida del hotel de Villa Gesell donde se hospeda junto a su padre José María.
El martes por la noche, cuando recuperó su libertad y caminó con su padre hasta el auto que lo buscó, había decidido no hablar. “No me siento bien”, fue lo único que dijo.
El joven de 21 años que practica remo en el Club Náutico de Zárate se mostró brevemente ante las cámaras esta mañana, señaló que reunirse con su padre fue “algo cómodo, lindo, después de tantos días sin ver a nadie” y aseguró que estuvo completamente incomunicado.
“Él no tenía idea de lo que estaba pasando, ayer me preguntaba por qué sonaba mi celular sin parar”, agregó su padre, que lo sostenía del brazo y pedía a los periodistas que preguntaran de a uno para evitar ponerlo más nervioso.
El hombre también contó que su hijo, que entregó su celular a la Justicia para ser peritado, aún no había podido comunicarse con su madre. Cuando lograron hacerlo vía el dispositivo del padre, fue casi trunco: “Lloraba uno de un lado, otro del otro. No tenía sentido. Estaba descompuesto, no paraba de vomitar anoche, le había bajado la presión. Fue un shock muy grande”.
“No sabía qué pensar”, describió Pablo sobre los días que pasó privado de su libertad. “Me sentía mal, triste. Estoy todavía mal, sigo shockeado, un poco mejor pero bueno, es difícil”.
Cuando la policía de la provincia de Buenos Aires allanó el sábado 18 de enero por la mañana el domicilio de los primeros 10 detenidos por el homicidio de Fernando, los efectivos encontraron una zapatilla con sangre. “¿De quién es?”, preguntó uno de los policías. “De Pablo”, contestó uno de los detenidos. “Sí, de Pablo Ventura”, repitieron otros. Así, el joven remero de 21 años quedó involucrado en el caso y fue detenido esa misma tarde en su casa de Zárate.
“No entendía nada cuando llegó la policía, no sabía qué estaba pasando”, contó Pablo. “Pero yo sabía que no estaba acá [en Villa Gesell], estaba tranquilo con eso. Estuve en la casa de un amigo en Zárate, no hice otra cosa”.
Al ser consultado sobre qué piensa de quienes lo involucraron, dijo: “No tengo ninguna situación de odio. Estoy tranquilo. Los conozco de vista de la ciudad, nada más”.
Su padre y su abogado, Jorge Santoro, presentaron pruebas de que el joven siempre estuvo en Zárate. Cuando los investigadores confirmaron que Ventura estuvo efectivamente allí, que no aparecía en ninguna cámara de las inmediaciones donde tuvo lugar el ataque a Fernando y que no figuraba en el contrato de alquiler de los rugbiers acusados por el crimen, fue liberado.
Sin embargo, continúa sujeto a la causa y participará de las ruedas de reconocimiento que se llevarán a cabo a partir del jueves.
El juez de Garantías David Mancinelli dispuso a pedido de la fiscal de la causa Verónica Zamboni que el joven se presente los días 23, 24, 27 y 28 de enero a las diligencias de reconocimiento de personas a partir de las 8:30 en el Centro de Convenciones “Néstor Kirchner”, ubicado en el Paseo 139, casi Ruta Nacional 11, de Villa Gesell. Ventura permanecerá allí hasta entonces.
“Con uno de ellos tuvo un altercado hace años cuando eran muy chicos”, explicó José María sobre los motivos por los que podrían haberlo acusado por el homicidio de Fernando. “No comprendemos el bullying. Estos chicos cuando los detuvieron no sabían que habían asesinado a otro joven y largaron ‘Pablo Ventura’ como lo hicieron en otros momentos”. Y agregó: “No sé si es porque hay mucha pica entre remo y rugby. Viene por ese lado, seguramente, pero es una pavada. Es una locura llegar a este extremo. Que Dios los ayude porque la malicia que han tenido con nuestra familia es increíble”.
Luego decidió cortar las declaraciones. “¿No se enojan? Está temblando”, dijo su padre, y se retiraron hacia el hotel. A pesar de que la Justicia lo liberó por falta de mérito y no le impuso restricciones, trascendió que Pablo no tiene ganas de hacer nada y prefiere permanecer en su habitación para recuperarse tras lo que pasó.
“Es una pesadilla esto, es una película de terror”, dijo por su parte la madre del joven esta mañana, y pidió Justicia por Fernando Báez.
Fuente: Infobae