El magnesio, un mineral esencial presente en el organismo, se está posicionando como una opción prometedora para la prevención de las migrañas. Diversos estudios a nivel mundial sugieren que su ingesta regular puede contribuir a reducir la frecuencia y la intensidad de estos episodios de dolor de cabeza intenso. Especialistas en salud recomiendan evaluar su uso, ya sea como un complemento a los tratamientos tradicionales o como una alternativa inicial.
Cómo actúa el magnesio en el dolor de cabeza
La evidencia científica actual que respalda el beneficio del magnesio en el manejo de la migraña es positiva, aunque los expertos aclaran que la investigación todavía avanza. Este mineral está involucrado en más de 600 reacciones químicas del cuerpo y su deficiencia se ha asociado a una mayor susceptibilidad a padecer migrañas.
Respecto a su mecanismo de acción, los estudios identificaron que el magnesio puede reducir la liberación de sustancias clave en la transmisión del dolor y la inflamación, como el péptido CGRP y la Sustancia P. También interviene en la regulación de la serotonina e interactúa con el nervio trigémino.
Dosis sugeridas y la importancia de la consulta médica
Las dosis recomendadas varían según las sociedades médicas. La Sociedad Estadounidense de Cefaleas sugiere el uso de óxido de magnesio en dosis de 400 a 500 miligramos diarios para fines preventivos. Otros expertos aconsejan el citrato de magnesio a razón de 600 mg por día.
Es fundamental que toda suplementación con este mineral se realice bajo estricta supervisión médica. Los especialistas advierten que la dosis adecuada depende de la formulación y las necesidades individuales del paciente. Además, la consulta profesional es indispensable para asegurar que no haya interacciones con otros medicamentos.
Fuentes naturales de magnesio
El magnesio puede incorporarse de manera natural a través de la alimentación diaria. Entre los alimentos más ricos en este mineral se encuentran las bananas, almendras, castañas de cajú, semillas de chía y calabaza. También aportan cantidades significativas los granos integrales, el chocolate amargo y la leche de soja.
