Un hombre armado entró a una mezquita en la localidad neozelandesa de Christchurch, disparó contra los feligreses y transmitió toda la masacre a través de su cuenta de Facebook. Al mismo tiempo, hubo un segundo ataque en otro centro religioso de la zona. El comisionado de la policía, Mike Bush, confirmó que, entre ambos hechos, se registraron al menos 49 víctimas fatales y más de 40 heridos, entre ellos chicos.
Un total de 41 personas murieron en el tiroteo a la mezquita Al Noor, mientras que otras siete en la de Linwood y una declarada muerta en el hospital.
En las imágenes del primer ataque, que rápidamente se viralizaron a través de las redes sociales, se puede ver cómo el hombre, identificado como Brenton Tarrant (un ciudadano australiano de 28 años), ingresa al edificio armado con un rifle semiautomático, dispara contra varias personas y las remata en el suelo. Todo el sangriento raid pudo ser seguido en vivo por Facebook.
El agresor, que huyó del lugar antes de la llegada de los servicios de emergencia, utilizó una ametralladora que tiene inscripciones que hacen alusión a otras masacres en masa, algunas de ellas perpetradas contra migrantes. Además, había publicado previamente en una página web un manifiesto en el que se describía a sí mismo y explicaba los motivos racistas y xenófobos del ataque.
La Policía bloqueó el centro de la ciudad, situada en la Isla Sur neozelandesa y ordenó cerrar escuelas. En la ciudad de Auckland, por precaución, enviaron oficiales a todas las mezquitas de la región como medida de precaución.
Las fuerzas de seguridad hasta el momento detuvieron a cuatro personas (tres hombres y una mujer con explosivos en sus vehículos). Uno de los detenidos fue luego puesto en libertad. Pidieron a la población mantenerse lejos de la zona y no salir de sus casas.
El comisionado de la policía reveló en la rueda de prensa que se presentaron cargos por asesinato contra uno de los detenidos, descripto como un hombre de cerca de 30 años. No quiso dar a conocer su nombre.
De los otros tres arrestados, Bush indicó que dos de ellos estaban en posesión de armas y se investiga su implicación en el suceso mientras que la cuarta persona no tenía ninguna relación con el caso y fue puesta en libertad.
Por su parte, la primera ministra Jacinda Ardern consideró que "esto solo puede ser descrito como un ataque terrorista".
La mandataria calificó el ataque de "extrema ideología y extrema violencia" y señaló que no tiene "precedentes" en un país que describió como diverso y abierto.
Fuente: Clarin