Javier Mascherano es el refuerzo de lujo que tendrá Estudiantes de La Plata en el mercado de pases de verano. El ex jugador del Barcelona, que pasó los últimos dos años en China, rompió el silencio sobre su llegada al Picha.
En un mano a mano con Infobae, el mediocampista habló de todo.
— ¿Volvés a la jungla del fútbol argentino?
— No es la jungla, ja. Vuelvo a vivir en mi país, que hace 14 años que no lo hago. Vuelvo a reunirme con mi familia, porque hace tiempo que no estoy con ellos y los extraño muchísimo. Y vuelvo al fútbol donde mi inicié, con todo lo que me genera esa situación. Más al llegar a un club como Estudiantes, con el que me siento muy representado en sus formas y en sus valores. Eso ha sido también lo que llevó a decidirme por volver.
— ¿Cuándo surgió Estudiantes?
— Estudiantes surgió hace un año. Se mantuvo mucho tiempo en secreto. Muy raro. Esa también es una gran virtud del club. Y de los dirigentes, en este caso de Sebastián (Verón) y de Agustín Alayes, que son quienes más cerca están del fútbol profesional. Nació con algunas llamadas... Ellos tenían ganas de que yo llegara un tiempo antes. Por mi contrato y por un compromiso moral con el club chino no había manera de adelantar los plazos. Entonces seguimos hablando. Hasta que llegó un momento que era un tema más familiar mío. Tenía que decidir yo. Era “¿dónde queremos vivir? ¿Nos quedamos en la Argentina o vamos a otro lado?”. Al final la decisión familiar fue vivir en la Argentina y ahí cerré con Estudiantes.
— ¿La otra chance era vivir en Estados Unidos?
— Sí. He tenido ofertas de Estados Unidos, de Qatar, inclusive algunos sondeos de España. En un momento la idea era ir con la familia a Estados Unidos. Después decidimos que lo mejor era la Argentina.
— ¿El primero que llamó fue Verón? Ustedes fueron compañeros en la Selección de Basile y Maradona.
— A principio de año, en marzo, cuando Gaby Milito se hizo cargo del equipo ya empezó a contactarme. Antes Mariano Andújar me tiraba “¿cuando termines en China por qué no pensás en venir a Estudiantes?”. Y enseguida apareció Sebastián. Me empezó a llamar casi en simultáneo con Gaby. Y a interiorizarse de cuál era mi situación, mi contrato
— Aunque se entiende por qué elegiste Estudiantes, uno se puede preguntar “¿por qué no River? Si Mascherano salió de ahí”.
— En los últimos tiempos no he tenido la posibilidad de charlar con la gente de River. Y no creo que ninguna de las dos partes deba forzarlo. Es verdad: en dos o tres oportunidades he hablado con Enzo (Francescoli) y con Rodolfo (D’Onofrio) para volver. Fue hace tiempo, cuando estaba en Barcelona. En ese momento yo creí que no era el momento. Mis proyectos eran otros. Y ahora los planes del club como los míos son distintos. Tampoco hay que darle demasiada vuelta. Mi afecto por River siempre va a estar porque es la institución que me formó como jugador. Eso no implica nada. Simplemente que el momento que yo decido volver, las condiciones están dadas para hacerlo a Estudiantes. Que es el club que me dio la posibilidad. Que me habló desde hace mucho tiempo. Y listo. No hay que hacer ninguna historia rara. En definitiva, somos profesionales y nos vamos adaptando a diferentes circunstancias.
— Quizá hace cuatro años podías decir “yo estaba esperando el llamado de River”. ¿Ahora lo esperabas o querías otro tipo de ruido en tus últimos años?
— No. No esperaba nada porque hasta hace un mes yo no sabía qué iba a hacer de mi vida. Entonces no podía estar esperando el llamado... Y en el momento que me decidí a volver a la Argentina preferí Estudiantes, aunque había otras opciones del fútbol argentino que no voy a decir porque no tiene sentido. Había tres o cuatro clubes más. Ahí me pareció que por el tiempo que llevaba hablando con Estudiantes, porque ya había una conexión diferente, y porque es un club que me genera mucha inquietud por muchas cosas que me representan, debía elegirlo. No mucho más que eso. Quiero ser claro porque no me gustaría faltarle el respeto a nadie. En este momento que decidí volver, Estudiantes es el equipo que reunía todas las condiciones con las que yo pienso que me voy a sentir bien.