El presidente Javier Milei arriba este viernes a la ciudad para encabezar el acto central por el 141° aniversario de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en una visita cargada de simbolismo económico y alta tensión política. El mandatario llega en un momento complejo para el oficialismo, luego de dos jornadas de reveses parlamentarios, y se espera que su discurso contenga definiciones clave sobre el rumbo del país.
El evento se desarrollará desde las 18:30 en el histórico edificio de la Bolsa, ubicado en la calle Paraguay al 700. Un fuerte operativo de seguridad, que incluye el arribo del presidente en helicóptero, custodiará la zona. Milei compartirá escenario con el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; el intendente de Rosario, Pablo Javkin; y el presidente de la BCR, Miguel Simioni, en un gesto de respaldo institucional al corazón productivo del país.
La celebración de la entidad bursátil se ve enmarcada por el reciente anuncio del Gobierno sobre la baja permanente de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, una medida largamente esperada y celebrada por el sector, que será uno de los ejes de la jornada.
Sin embargo, el clima festivo del aniversario contrasta con el crispado ambiente político. La visita ocurre a solo una semana del cierre de listas para las elecciones legislativas de octubre, por lo que no se descarta que el discurso presidencial adquiera un fuerte tono de campaña, con advertencias a la oposición y un renovado llamado a apoyar su agenda de reformas económicas.
Protesta en el centro
En paralelo al acto oficial, y como reflejo de la polarización que genera la figura presidencial, diversos gremios y organizaciones sociales han convocado a una manifestación en rechazo a las políticas del gobierno nacional.
La concentración está pautada para las 17 horas en la esquina de las calles San Juan y Corrientes, a solo unas cuadras de la Bolsa de Comercio. Desde allí, los manifestantes buscarán hacer oír sus reclamos y expresar su descontento con las medidas de ajuste, anticipando una tarde de contrastes en el centro rosarino.


