El exjuez federal Norberto Oyarbide de 70 años murió anoche en el Instituto del Diagnóstico, donde estaba internado desde hacía más de dos meses por una afección pulmonar, complicación que le generó un contagio de coronavirus, dijeron fuentes cercanas al exmagistrado.
Su estado de salud era delicado y se complicó el sábado pasado cuando empezó a tener fallas en los riñones que los tratamientos de diálisis no lograron mejorar, dijeron excolaboradores del exjuez federal.
Desde que lo intubaron, Oyarbide estuvo en un coma inducido y no volvió a estar lúcido nunca más, según pudo reconstruir LA NACION. Tuvo neumonía, que fue lo primero por lo que se le manifestó el Covid-19. Salió de eso, pero quedó con secuelas. Primero comenzó con complicaciones en los pulmones, luego en los riñones. Según confiaron fuentes cercanas, Oyarbide no había sido vacunado porque le tenía temor, a pesar de tener comorbilidades y estar inmunosuprimido.
Venía estable hasta hace unos días. Siempre con respirador y dormido. Los médicos después dijeron que había otros órganos que comenzaron a fallar. “Él ya venía flaco antes de contraer la enfermedad. Lo agarró débil”, dijeron desde su entorno a este medio.
“Estuvo tres o cuatro días consciente al principio, pero luego con coma inducido. Estaba dormido, quienes lo íbamos a ver, lo podíamos ver detrás de un vidrio. Ya llevaba demasiado tiempo así. Los médicos nos fueron preparando hace dos o tres días”, agregaron.
Oyarbide fue fiscal federal, juez federal y renunció en 2016, medio un escándalo cuando se lo investigaba en el Consejo de la Magistratura. De ese modo evitó ser removido y siguió cobrando su jubilación. La última causa por la que estaba en la mira estaba vinculada a los manejos de una financiera cuyo allanamiento frenó de manera sorpresiva. Siempre mantuvo una relación polémica con el poder político y frecuentó la farándula y el submundo de la noche porteña.
Tras su renuncia y en medio del escándalo de los cuadernos de la corrupción, Oyarbide denunció que lo “agarraron del cogote” servicios de inteligencia para presionarlo y cerrar las causas por enriquecimiento ilícito contra Néstor y Cristina Kirchner.
En 2009, sobreseyó al matrimonio Kirchner por una causa por presunto enriquecimiento ilícito. En aquel entonces, Elisa Carrió pidió su juicio político por mal desempeño.
En 2012, el exjuez sobreseyó a Amado Boudou en una causa por irregularidades en las refacciones del despacho de la vicepresidencia del Senado.
Oyarbide fue un juez funcional al poder, desde que asumió en la década del 90 con Carlos Menem. Su primer escándalo fue cuando fue filmado en un prostíbulo gay con un acompañante y esas imágenes se proyectaron por televisión, al tiempo que era denunciado por cobrar para proteger su funcionamiento.
Excéntrico, afecto a la farándula y a las joyas, extendía su vida laboral después de almorzar en el restaurante el Mirasol de Puerto Madero, donde recibía en una mesa apartada a abogados, políticos y allegados a los que convidaba con champagne.
Sobreseyó a Carlos Menem por omitir una cuenta en Suiza, y a Néstor Kirchner por el aumento de su fortuna en un 158 por ciento.
Encarceló al entonces jefe de la Asociación Bancaria, Juan José Zanola y procesó a Mauricio Macri por espionaje cuando era jefe de Gobierno porteño y candidato presidencial.
La causa que lo llevó al final de su carrera judicial fue la de frenar un allanamiento a una financiera en 2013 por un pedido de Carlos Liuzzi, el segundo del ex secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, durante el gobierno de Cristina Kirchner.
Oyarbide renunció y se jubiló cuando estaba por ser destituido, para así preservar sus ingresos.
Fuente: La Nación