La institución había informado que la enfermedad avanzó de forma tal que estaba recibiendo cuidados para "disfunciones renal y cardíaca". El astro brasileño se encontraba en terapia intensiva, junto a su mujer, Marcia Aoki, y dos de sus hijos, mientras otros que vivían fuera del país regresaron para pasar los últimos momentos al lado de su padre.
Los familiares y las autoridades gubernamentales brasileñas, ya al tanto de la delicada salud del exfutbolista, habían comenzado a organizar su funeral: el plan sería realizar un velatorio íntimo para la familia y al cabo de unos días abrir la cancha del Santos, donde Pelé debutó en 1956 a los 16 años, para conmemorar una despedida popular, mientras que sus restos descansarían en un cementerio privado.
Tras la victoria de Argentina en la final del Mundial del domingo, Pelé publicó una foto en las redes sociales de la albiceleste levantando el trofeo, y elogió las actuaciones del líder del equipo, Lionel Messi, la estrella emergente de Francia, Kylian Mbappé, y el sorprendente semifinalista Marruecos. "Hoy, el fútbol sigue contando su historia, como siempre, de una forma apasionante", afirmó. "Qué regalo ha sido ver este espectáculo del futuro de nuestro deporte".