Como si se tratara de la famosa escena de la película “Esperando la carroza”, una mujer denunció que tras fallecer su abuelo de coronavirus el cuerpo fue velado y enterrado por otra familia a quien lo entregaron por error. El cadáver habría sido confundido con el de una mujer que también acababa de morir: la sospecha es que el cuerpo del hombre descansa en una necrópolis de Baigorria, cuando la familia tenía previsto enterrarlo en el cementerio La Piedad.
Según la acusación, el episodio ocurrió este martes. El servicio fúnebre de la empresa Bonino, que había sido contratado por la familia de Víctor Carpio (80 años), se encontró con que el cadáver depositado en la morgue del hospital Italiano no era el suyo, se trataba de una mujer cuyo cuerpo nadie habría reclamado. “Estamos esperando una orden de la Municipalidad para corroborar que el cuerpo que está enterrado en el cementerio de Baigorria es el de mi abuelo”, contó Sofía Carpio, nieta del fallecido, cuyo cadáver fue enterrado y velado por error.
Según explicó, ese día hubo tres entierros: uno contratado por la empresa Caramuto, otro por cochería Bonino y el restante por cochería Hugo. Debido a los protocolos dispuestos por la pandemia de coronavirus, los sanatorios y hospitales de la ciudad tienen a un encargado de entregar los cuerpos a la cochería correspondiente. Sin embargo, cuando la cochería contratada por la familia del hombre fue a retirar el cuerpo, se dieron cuenta que era el de una mujer.
“Fue gente de una cochería al hospital a buscar un cuerpo, al parecer no encontraron a nadie y agarraron la primera bolsa que encontraron y se llevaron a mi abuelo cuando, en realidad, deberían haberse llevado el cuerpo de una mujer”, aseguró Sofía, de acuerdo a la información que le aportaron este jueves desde el efector privado.
Visiblemente indignada por la situación, la mujer explicó que “como los funerales son a cajón cerrado, hicieron un velorio y entierro en el cementerio de Baigorria con el cuerpo de mi abuelo". Y precisó: "La mujer que tendría que estar en ese lugar aún está en la morgue del sanatorio”.
“Es una locura: no sabemos si explotar o largarnos a llorar”, lamentó, mientras su padre realizaba por estas horas la denuncia en el Ministerio Público de la Acusación para tratar de investigar sobre el destino del cadáver y la mecánica que derivó en esa equivocación.
Fuente: La Capital