El sistema universitario argentino vuelve a ser escenario de conflicto. Este viernes, docentes y no docentes de universidades nacionales realizan un paro nacional en rechazo al veto presidencial de la Ley de Financiamiento Universitario, sancionada semanas atrás en el Congreso. La norma había establecido partidas extraordinarias para garantizar el funcionamiento de las casas de estudio y recomponer los salarios del sector, pero fue frenada por decreto.
La respuesta gremial no tardó en llegar. La Confederación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) y la Federación de Trabajadores No Docentes (FATUN), junto a otras organizaciones, resolvieron un cese total de actividades y convocaron a marchar nuevamente al Congreso de la Nación. “Así como logramos frenar el veto a la Ley de Emergencia en Discapacidad y resistimos el ajuste sobre los haberes jubilatorios, hoy volvemos a defender a la universidad pública”, señalaron en un comunicado.
Los sindicatos remarcan que el deterioro salarial es alarmante: en los últimos tres años, los sueldos de la docencia universitaria perdieron más de 50 puntos frente a la inflación, mientras que las partidas para funcionamiento de las facultades resultan insuficientes para cubrir gastos básicos como luz, agua, mantenimiento e insumos de investigación.
El paro nacional cuenta con la adhesión de estudiantes que convocaron a acompañar las protestas. Para las próximas semanas, no se descartan nuevas medidas de fuerza si no hay una respuesta concreta desde el Poder Ejecutivo.
“Defender la universidad pública es defender el futuro del país”, sintetizaron los gremios, en un mensaje que promete seguir resonando en las calles.
