El Ministerio de Economía difundirá este lunes los detalles del llamado a la licitación del Tesoro que está programada para el 20 de este mes. En la tarde del viernes el Palacio de Hacienda anticipó que habrá instrumentos de deuda pública a treinta días, lo que hace presuponer que comenzará el operativo para desarmar las Leliqs.
Al mismo tiempo, el Banco Central prepara la puesta en marcha de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL), instrumento al que podrán suscribir exclusivamente los importadores que acrediten deuda comercial.
Según anticiparon fuentes oficiales a Ámbito, el Gobierno encarará un “plan aspiradora” para secar la plaza de pesos. Habrá una estrategia conjunta entre el BCRA y el Palacio de Hacienda.
Para describir el plan financiero, en el Gobierno utilizan la imagen de un puente. “Hoy tenemos muchos pesos y pocos dólares, pero sabemos que hacia adelante, con el ajuste fiscal y la competitividad cambiaria, esa cuenta se va a invertir”, dijo una alta fuente del equipo económico a Ámbito. En síntesis, esa es la explicación del BCRA para colocar un título integrable en pesos, pero que es pagadero en dólares con una tasa del 5% anual.
Si el crecimiento de la deuda comercial en el 2023 fue de unos u$s 25.000 millones, como indican distintos sondeos privados, el Banco Central podría hacerse del equivalente a esa liquidez en pesos a través de las empresas importadoras que acepten suscribir el BOPREAL. Por su parte, en caso de necesitar las divisas para cancelar algún pago en el exterior, las firmas podrían negociar ese bono en el mercado secundario para contar con los billetes.
En las últimas horas la estrategia fue cuestionada por economistas de diversos sectores. Por ejemplo, el ex integrante del directorio del BCRA, Jorge Carrera, dijo en su cuenta de X que la deuda comercial no pertenece a la entidad monetaria, sino a los privados y que esta fue tomada “conociendo los posibles escenarios derivados de un cambio de gobierno que podía aumentar impuestos o desdoblar el mercado”.
En el Banco Central rechazan la acusación de una supuesta “estatización de la deuda privada”, bajo el argumento de que tarde o temprano, los importadores deberán acceder al mercado de cambios para pagar las compras al exterior ya realizadas y también las nuevas. Además aseguran que las firmas fueron “forzadas” a endeudarse porque no se cumplieron los plazos de acceso pautados en los permisos que otorgó la Secretaría de Comercio.
Todo ese capítulo es muy debatible. Hay opiniones para todos los gustos. Pero el ex secretario de Política Económica, Fernando Morra, puso la lupa en otro eje. Sostuvo en un informe de la consultora Suramericana que la estrategia se centra en modificar la estructura de la deuda del BCRA. Ya que gran parte de los pesos de las empresas que potencialmente pueden suscribir BOPREAL están en inversiones respaldadas hoy por los pasivos remunerados: “Es una dolarización de las Leliq”, sintetizó.
El exfuncionario de estrecho vínculo con Martín Guzmán, sostuvo que la estrategia se complementa con una penalización a la liquidez de corto plazo. La renovación de las Leliq es parcial y se redujo la tasa para los Pases Pasivos. Este combo, en definitiva, obliga a las entidades financieras a migrar en parte sus pesos a títulos del Tesoro para mejorar sus rendimientos.
Ese análisis va en línea con lo que el Ministerio de Economía anticipó este viernes en un comunicado oficial: en la licitación del miércoles se ofrecerán Instrumentos de Deuda Pública a 30 días de plazo. Los detalles del llamado los publicará este lunes la Secretaría de Finanzas que conduce Pablo Quirno, pero está claro que se trata de una estrategia en conjunta.
El Gobierno le saca lustre a la aspiradora y parte de ese plan es efectivamente migrar los pasivos remunerados hacia colocaciones del Tesoro. El presidente Milei va incluso más allá y pese al déficit en las cuentas públicas dice que los recursos obtenidos con las licitaciones deberían ser utilizados de forma inmediata para cancelar deuda con el Banco Central.
Todo luce como una estrategia conjunta para secar la plaza de pesos. Calificadas fuentes de la autoridad monetaria detallan que “el balance del Tesoro y el del Banco Central están muy vinculados” y que por eso será fundamental la “tan estrecha relación que tienen los funcionarios con el Ministerio de Economía”. Sin ir más lejos, Luis Caputo y Santiago Bausili eran socios de la consultora Anker hasta hace pocas semanas.
¿Y la independencia del Banco Central? En el Gobierno argumentan que la independencia no estará dada por la cercanía o lejanía de los funcionarios de turno sino porque el Banco Central no financiará más al Tesoro.
Fuente: Ambito