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jeremías Monzón

Podrían existir imágenes del asesinato de Jeremías Monzón, filmadas durante el ataque

Sería una de las derivaciones de los cuatro allanamientos realizados en Santo Tomé y Santa Fe, que culminaron con la aprehensión de tres menores. Durante las requisas se secuestraron teléfonos celulares y en uno de ellos podrían hallarse imágenes del crimen. Los dispositivos quedaron a disposición de los fiscales. De confirmarse, el caso remite de manera directa al Triple Crimen de Florencio Varela.

27 de diciembre de 2025


Por Juan Trento
Por Juan Trento

Tal como fue adelantado este sábado por Veo Noticias, como corolario de la investigación policial y judicial iniciada para esclarecer el brutal asesinato de Jeremías Monzón, de 15 años, ocurrido entre la noche del jueves 18 y la madrugada del viernes 19 de septiembre, en una fábrica abandonada ubicada sobre J. J. Paso al 3700, en barrio Chalet, al suroeste de la ciudad de Santa Fe, se concretaron cuatro allanamientos.

Los procedimientos fueron llevados adelante por pesquisas de la Policía de Investigaciones (PDI) entre la noche del viernes y la madrugada del sábado: dos en la ciudad de Santo Tomé y otros dos en Santa Fe. Como resultado, fueron aprehendidos tres adolescentes, entre ellos una joven de 16 años que mantenía una relación íntima con la víctima.

Los celulares y sus imágenes

Tras los allanamientos y las aprehensiones, se realizó la requisa de los cuatro inmuebles, donde fueron secuestrados numerosos teléfonos celulares. Según trascendió, y en base a información que ya se encuentra en manos de las fiscalías de Homicidios, a cargo de Gonzalo Iglesias, y de Minoridad, encabezada por Francisco Cecchini, en al menos uno de los dispositivos podrían encontrarse imágenes del momento en que Jeremías Monzón fue emboscado y asesinado a puñaladas.

De confirmarse esta hipótesis, se reforzaría la conjetura inicial de la investigación: que la adolescente de 16 años habría convocado a Monzón a la ciudad de Santa Fe durante la tarde del jueves 18 de septiembre para entregarlo a sus asesinos. Esta línea explicaría también su citación judicial y posterior detención dispuesta este sábado por la mañana. Además, los investigadores sostienen que los autores del crimen habrían previsto no sólo el ataque, sino también la filmación del asesinato, designando previamente a una persona para registrar las imágenes durante la consumación del hecho.

Peritos trabajando en el lugar del hallazgo del cuerpo
Peritos trabajando en el lugar del hallazgo del cuerpo

El triple crimen de Florencio Varela

Por sus características extremas, este caso remite de manera inmediata al denominado Triple Crimen de Florencio Varela, uno de los episodios más aberrantes de la historia policial reciente. En aquel hecho, tres jóvenes —de 15 y 20 años— fueron torturadas, asesinadas, descuartizadas y filmadas en tiempo real mientras eran sometidas a tormentos, a través de una red social.

El caso Monzón presenta similitudes inquietantes, ya sea por la mecánica del crimen o porque aquel antecedente habría servido como modelo para que el asesinato fuera registrado en imágenes.

Increíbles similitudes

La causa del triple crimen se inició a partir de una denuncia por averiguación de paradero presentada por familiares de tres amigas. Días más tarde, los cuerpos de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20) fueron hallados descuartizados y enterrados. La investigación permitió establecer que se trató de una venganza vinculada al narcotráfico.

El horror comenzó la noche del viernes, cuando las jóvenes fueron engañadas y subieron a una camioneta Chevrolet Tracker blanca, con patente adulterada, que supuestamente las trasladaría desde La Matanza hasta una fiesta en el Bajo Flores. Nunca llegaron a destino. En el caso de Jeremías Monzón, la denuncia por su desaparición fue radicada por sus familiares la noche del jueves 18 de septiembre, al advertir que no había regresado a su domicilio.

La denuncia y el pedido de paradero

Ante la desaparición de las jóvenes, sus familias radicaron la denuncia correspondiente el sábado 20 de septiembre, lo que dio inicio formal a la investigación judicial. Entre el 20 y el 23, el fiscal Gastón Duplaá, titular de la UFI Nº 2 de La Matanza, ordenó diversas medidas para reconstruir sus últimos movimientos, entre ellas el análisis de cámaras de seguridad y la toma de testimonios en la zona donde habían sido vistas por última vez.

El sistema de posicionamiento global

Durante las primeras 48 horas no hubo avances significativos. Mientras tanto, familiares y allegados realizaron reclamos públicos y manifestaciones. Dos elementos resultaron clave: las cámaras municipales captaron a las víctimas subiendo a la camioneta blanca y, posteriormente, el análisis de antenas de telefonía celular permitió localizar el último impacto del teléfono de Lara Gutiérrez en Florencio Varela, a unos 33 kilómetros del lugar de la desaparición.

Con esa información, en la madrugada del miércoles 24 de septiembre, agentes de la DDI La Matanza allanaron una vivienda en Villa Vatteone. Allí sorprendieron a dos personas —una joven de 19 años y un hombre de 36— limpiando el lugar con lavandina. Ambos fueron detenidos.

En el patio del inmueble, los investigadores hallaron tierra removida. Debajo, se encontraron los cuerpos descuartizados y enterrados de las tres jóvenes, identificados horas más tarde.

Peruanos y los narcos de la villa 1-11-14

La pesquisa determinó que los detenidos no actuaron solos. En procedimientos posteriores fueron arrestados otros dos sospechosos, una mujer y un hombre de nacionalidad peruana, señalado como narcotraficante con actividad en la villa 1-11-14. Para ese momento, la hipótesis de una venganza narco ya era la principal línea investigativa.

Torturas y asesinatos en vivo

Las autopsias confirmaron que las víctimas fueron torturadas antes de morir y que parte de esos tormentos fueron transmitidos en vivo a través de una cuenta de Instagram, presuntamente vinculada a un clan narcocriminal.

El informe forense detalló un nivel extremo de violencia: a Lara Gutiérrez le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda, presentaba quemaduras de cigarrillos, un corte parcial en la oreja y una herida mortal en el cuello. Brenda del Castillo murió por fractura de cráneo y presentaba múltiples lesiones, mientras que Morena Verdi tenía una luxación cervical y severos golpes en el rostro.

Reconstrucción

La investigación estableció que el triple crimen fue ordenado como represalia por el presunto robo de droga a la organización narcocriminal. Las torturas transmitidas en vivo tuvieron como objetivo enviar un mensaje intimidatorio. Durante la transmisión, uno de los agresores afirmó: “Esto es lo que les pasa cuando me roban la droga”.

Es comparable con el caso de Jeremías Monzón

Las similitudes son múltiples: una venganza premeditada, la participación decisiva de una joven, un crimen planificado con antelación y una víctima atraída mediante engaños. En ambos casos, los asesinos habrían decidido filmar la consumación del homicidio. En el crimen de Jeremías Monzón, esas imágenes podrían encontrarse en al menos uno de los celulares secuestrados durante los cuatro allanamientos realizados entre la noche del viernes y la madrugada del sábado. La detención de la joven este sábado reforzaría la hipótesis de que el asesinato fue registrado en video.