A los partidos no podrá asistir público (los clubes sólo podrán permitir el tránsito de aquellos socios en uso de las instalaciones), los equipos no utilizarán los vestuarios (los jugadores deberán llegar cambiados, llevar su hidratación y retirarse tal como llegaron).
Tampoco se llevará a cabo el tradicional tercer tiempo, aunque los clubes trabajan en alguna alternativa para poder agasajar al rival. Es un momento muy caro al espíritu de este deporte.
Pero el aspecto que desató polémica en las últimas horas fue la decisión de UAR de cancelar el scrum tal como se jugó hasta mediados de marzo de 2020, cuando por la pandemia de coronavirus se suspendieron todas las actividades.
El objetivo de esta medida es evitar lesiones, debido al tiempo de inactividad. Pasó más de un año para la vuelta a la actividad, en el deporte de la ovalada.