Según datos de Our World in Data, y para sorpresa de muchos, América del Sur es la región con más personas vacunadas en el mundo.
En el continente, el 63,3% de la población ya está completamente inoculada, seguido por Europa con el 60,7%, mientras que en Africa la cifra es de tan solo el 8,8%.
Entre varios de los factores que explican esta tendencia, los expertos destacan que, gracias a varias décadas de campañas de vacunación exitosas, se ha creado la infraestructura necesaria para administrar dosis en masa.
Además, en los últimos 50 años en Brasil se han registrado exitosas campañas de vacunación contra la viruela, la meningitis, la poliomielitis y el sarampión, lo que ha concientizado a la población sobre la importancia de inocularse.
En algunas ciudades importantes, como Río de Janeiro y San Pablo, más del 99% de la población adulta ha recibido al menos una dosis. El total, el 66,7% de la población en Brasil ya está completamente inoculada.
Esta tendencia se repite en varios países de la región, como Argentina, en donde el 70,5% de la población ya recibió ambas dosis y el 83% al menos una. Citada por Reuters, Leda Guzzi, experta en enfermedades infecciosas, explicó que "esta confianza, acumulada durante varios años, se basa en los beneficios de nuestro extenso calendario de vacunación".
Sin embargo, no todos los países tienen tan buena performance, ya que Bolivia (38,3%), Paraguay (40,3%) y Venezuela (40,4%) no han superado el 50% y se encuentran bastante lejos del objetivo del 70%.
Por otra parte, más allá de las buenas cifras en general, América del Sur tiene varios problemas por resolver. En primer lugar, entre los niños, las tasas de vacunación varían drásticamente de un país a otro. Por ejemplo, las autoridades de Brasil no aprobaron la vacunación para menores en forma masiva.
Además, otro de los problemas son las vacunas utilizadas. Muchos países, como Chile, Uruguay y Brasil, han utilizado en su gran mayoría dosis de Sinovac. La eficacia de esta es menor que la de sus pares y es posible que no produzca anticuerpos contra la variante Omicron.
Fuente: El Economista
