De acuerdo a datos del Indec, seis de cada diez varones adultos trabaja, mientras que sólo lo hacen cuatro de cada diez mujeres. La desocupación es un fenómeno que afecta mayormente a las personas jóvenes y en especial si son mujeres: la mayor tasa de desocupación corresponde a las mujeres de 14 a 29 años, para las cuales la tasa asciende a 26 % (3 veces más que las adultas) durante el cuarto trimestre de 2020. Como un intento de revertir ese déficit estructural, el Ministerio de Trabajo de la provincia presentará hoy el programa “Futuras”, que apuesta a la capacitación laboral e inserción de unas mil mujeres, de 18 a 30 años, con secundario completo.
La propuesta busca mejorar las condiciones de empleabilidad de las mujeres jóvenes en el mercado de trabajo, a través de programas de capacitación y prácticas laborales. Pero también la incorporación de mujeres en ramas de la actividad que suelen presentarse esquivas, como la industria metalmecánica o la construcción.
La iniciativa está destinada a mujeres jóvenes, de 18 a 30 años, que hayan completado el nivel secundario de la escolaridad. Quienes participen del programa recibirán una capacitación de tres meses que, una vez cumplida, les permitirá acceder a una segunda etapa de seis meses de prácticas laborales en industrias, comercios o empresas cooperativas que participen de la iniciativa.
Durante la primera etapa, las beneficiarias recibirán una beca que corresponde al 30 % del salario mínimo vital y móvil (calculado en 21.600 pesos), del 60 % durante la realización de la pasantía y una vez concluido este período la ayuda económica la recibirá el empleador.
El programa provincial incorpora una perspectiva de género que advierte una estructura socioeconómica desigual en detrimento de las mujeres que se traduce en menos posibilidades de ingresar al mercado de trabajo debido a la reproducción humana y a las tareas asociadas al cuidado del hogar.
Por eso, las tasas de ocupación son distintas para varones y mujeres: seis de cada diez varones adultos trabaja, mientras que sólo lo hacen cuatro de cada diez mujeres, según el Indec.
De atrás para adelante
“Para armar este programa pensamos de atrás para adelante: en las necesidades de inserción laboral de las mujeres y también en qué está necesitando el mercado de trabajo, en función de las áreas productivas que están mostrando un despegue y de las cooperativas de trabajo que tienen inserción en distintas localidades de la provincia”, explica la directora de Empleo Digno de la provincia, Fernanda Medina.
Y remarca que el programa no sólo apunta a la capacitación de las mujeres, sino a permitir una inserción y una estabilidad laboral, a partir de la implementación de una ayuda económica para los empleadores.
Por esto, a diferencia de otros programas de capacitación para el empleo, se requiere como condición de ingreso el secundario completo, “porque es una demanda del sector privado que posibilita la capacitación, pero también porque las estadísticas muestran que la mujeres exhiben niveles educativos superiores a los varones”, asegura Medina.
Una continuidad
La elaboración del plan demandó una articulación entre municipios, el sector privado y de cooperativas donde las mujeres que participan del programa podrán insertarse laboralmente y de organizaciones que tienen capacidad para generar la oferta de capacitación adecuada.
“Pensamos esta propuesta como una continuidad de otras relacionadas a la capacitación y al trabajo”, señala la directora de Empleo Digno y pone como ejemplo el Programa de Equidad Educativa desarrollado por el municipio, que impulsa a mujeres jóvenes que han sido madres a terminar la escolaridad secundaria. “Sobre esa población objetivo es la que hay que trabajar, darle continuidad y sintonía a estos programas, poder potenciarlos y articularlos”, sostiene.
Para acceder a mayor información sobre el programa se puede escribir al mail futuras@santafe.gov.ar.
Asimetrías agudizadas
Los cambios introducidos por la pandemia de coronavirus profundizaron las desiguales condiciones en las que varones y mujeres participan del mercado laboral.
Un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) destaca que la pandemia profundizó el rol social del cuidado asignado a las mujeres, que condiciona el modo en que las mujeres participan de las actividades productivas.
De acuerdo al trabajo, la participación de las mujeres en tareas del hogar y de cuidado alcanza al 88.9 %. Las mujeres, además, dedican en promedio 3 horas más por día a este tipo de tareas que los varones.
En cambio, si se observan las características de la participación de las mujeres en el mercado laboral, la tasa de actividad en las mujeres es sustancialmente menor a la de los varones.
Mientras en los varones la tasa de actividad ronda el 68,4%, para el caso de las mujeres ese porcentaje desciende al 47,6%. Y a pesar de las menores tasas de actividad, el desempleo también es mayor para las mujeres (11,9% contra 10,2% para los varones, al cuarto trimestre de 2020).
Y estas diferencias permean también el lugar que ocupan mujeres y varones dentro del mercado de trabajo. Las mujeres usualmente se insertan en actividades que conllevan una mayor carga de cuidado.
Se trata de actividades que están desvalorizadas y perciben una peor remuneración (como el comercio, la enseñanza, el trabajo en casas particulares, servicios sociales y de salud) y que además presentan mayores niveles de informalidad, en comparación con otras actividades que siguen teniendo una clara preeminencia de varones como por ejemplo, la industria manufacturera.
Fuente: La Capital