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Profesionales de la salud realizan una jornada provincial de protesta contra el “ajuste” y la crisis salarial

El sindicato SiPrUS despliega carpas sanitarias y actividades comunitarias en toda la provincia de Santa Fe. Rechazan el aumento de $30.000 otorgado por el gobierno y denuncian un grave deterioro en la atención pública.

04 de diciembre de 2025


Profesionales de la salud nucleados en el Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud llevan a cabo este jueves una jornada provincial de protesta. La medida busca visibilizar el rechazo al reciente aumento salarial, calificado como “insuficiente”, y denunciar lo que consideran un “achicamiento” progresivo del sistema de salud pública en Santa Fe.

La jornada incluye la instalación de carpas sanitarias, recolección de firmas y diversas actividades de concientización junto a la comunidad en distintos puntos del territorio provincial.

Salarios a la baja y falta de paritarias

El eje central del reclamo es la pérdida del poder adquisitivo. En el contexto de la protesta realizada frente al Hospital Cullen, Leandro Goldsack, referente del gremio, explicó que el incremento otorgado para este mes ronda los $30.000, una cifra que el gremio considera irrisoria frente al contexto inflacionario. “Venimos perdiendo alrededor del 30% de poder adquisitivo desde que asumió este Gobierno”. Además, agregó sobre el monto del incremento: “este número deja en evidencia que no hay un interés de jerarquizar la labor, la formación y el esfuerzo de quienes abren los hospitales cada día”.

Éxodo de profesionales y demoras en la atención

Más allá de lo salarial, la protesta pone el foco en el deterioro de la calidad de atención. Según el sindicato, el discurso oficial sobre “ordenar el Estado” y buscar “eficiencia” contrasta con la realidad de los pacientes, que enfrentan mayores demoras para conseguir turnos y realizar estudios.

Esta situación, sumada a los bajos salarios, está provocando una migración de médicos y especialistas hacia el sector privado o prepagas. El resultado, advierten, es una sobrecarga para los trabajadores que permanecen en el sistema público y una respuesta cada vez más deficiente para la población que depende de los hospitales del Estado.