El intendente de Rosario, Pablo Javkin, y el gobernado, Omar Perotti, fueron a la movilización de vecinos y familiares de Joaquín Pérez y otras víctimas de la violencia en la ciudad; los manifestantes abuchearon y presentaron enérgicas quejas a los funcionarios. El mandatario provincial se retiró entre empujones y reclamos de indignación.
El licenciado en Ciencia Política y docente de la UNL, Hugo Quiroga, analizó la situación que se produjo0 anoche y dijo que "es un clima desfavorable para la presencia de gobernantes en un acto de esas características, más allá de la invitación de los familiares y, con buena voluntad, lo hicieron. Por qué, por que quien maneja la política de seguridad en la provincia es el Gobernador y, justamente, lo que la ciudadanía estaba reclamando a los gobernantes son políticas satisfactorias, adecuadas para resolver un flagelo que tiene desde hace un tiempo largo, y que se ha incrementado ahora, Santa fe y en especial la ciudad de Rosario".
Y agregó que "las políticas de cercanía que son útiles, y bienvenidas sean de parte de los gobernantes, en algunos lugares y en algunos contextos es difícil que se puedan aplicar. Entonces, lo que puede ser un buen gesto para algunos de dar la cara, ese dar la cara puede significar también un gesto de impotencia".