Integrantes de Comunidad por la Naturaleza realizaron un "cordón humano" en la construcción del Aulario de la UNL en la Reserva Ecológica ubicada en la Costanera Este. La agrupación realizó cuatro abrazos simbólicos y reunieron más de 8 mil firmas en contra del avance de la obra, sin embargo aseguran que no obtuvieron respuestas por parte del Ministerio de Medio Ambiente.
"La acción busca que las autoridades den respuesta a la solicitud entregada formalmente hace más de 18 días. Exigimos al Ministerio de Ambiente y Cambio Climático que se haga presente en el lugar para que se celebre la audiencia pública que exigen las normas ambientales, se frene preventivamente la obra y se recategorice la misma que hasta el momento cuenta con categoría 1 (de bajo o nulo impacto ambiental). Las evidencias y pruebas acumuladas muestran al momento la violación de numerosas leyes y disposiciones provinciales y nacionales", expresan en un comunicado.
Los trabajos comenzaron a mediados de junio y según informaron desde la Universidad, el edificio contará con 4.860 m2 de espacio cubierto y semicubierto que incluirá un Salón de Usos Múltiples para exposiciones y encuentros académicos, científicos y culturales; 22 aulas para educación inicial, primaria, media, grado y posgrado universitario; 3 talleres; 1 biblioteca; y sistemas de calefacción e iluminación de bajo consumo.
"Estamos desde fines de junio, incluso algunas peticiones se hicieron el año pasado, pidiendo que se revise la categoría que tiene esta obra que es de bajo impacto ambiental", dijo Andrea Previtali, integrante de Comunidad por la Naturaleza, en conversación con Veo Noticias.
Y añadió: "Consideramos que es obvio que cualquier persona que puede ver el desmonte desde las imágenes aéreas que hemos compartido en nuestras redes, puede apreciar que implicó un desmonte de una zona de un ambiente natural donde está integrada un área protegida, como es la reserva ecológica, y que aloja a un montón de especies, algunas de ellas en peligro de extinción".
Los manifestantes y las organizaciones exigen respuestas a las solicitudes que ya llevan 18 días desde que se presentaron, sobre todo porque la obra avanza rápidamente. Piden frenar la obra de forma preventiva, mientras trabajan en evaluar el impacto ambiental de la obra.
"Si se pone cemento, es más difícil revertir el daño que ya se ha hecho", afirmó. Por el momento, seguirán de cerca las notas que se han presentado, además de las 8.000 firmas que ya han juntado para pedir el traslado de la instalación del lugar.
