Ante las temperaturas elevadas, la Municipalidad de Santa Fe brinda recomendaciones sobre cómo prevenir los golpes de calor y la deshidratación. Ambas son cuestiones clínicas que sobrevienen cuando el cuerpo no puede regular su temperatura, la cual se eleva rápidamente y los mecanismos para eliminar calor fallan y el cuerpo pierde la capacidad de enfriarse.
El 60% del peso de una persona adulta es agua, por eso es importante hidratarse tomando 2 litros de agua todos los días y cuidarse de la exposición solar; aunque dependiendo de la actividad puede ser más. Estas acciones son claves para prevenir enfermedades y mantener un buen estado de salud. Las mujeres embarazadas, los bebés, niños pequeños y las personas mayores de 65 años, pueden ser los más afectados por los golpes de calor en el verano.
A modo preventivo, desde el área de Salud y Promoción Comunitaria municipal recuerdan no exponerse al sol directo durante las 10 y las 16 horas y de manera prolongada. Usar ropa clara y liviana, colocarse protector, permanecer en espacios ventilados o acondicionados y, sobre todo, evitar hacer ejercicio en la hora pico: es totalmente desaconsejable hacer actividad física con una temperatura que exceda los 32 a 34 grados.
Además, es fundamental ingerir líquidos con mayor frecuencia, sobre todo, ante exposición al sol, prácticas de ejercicios o al realizar actividad física. Los ancianos y los niños son quienes más tienen que controlar sus niveles de hidratación durante la época estival porque ven alterado su mecanismo de sed. Los niños, porque no siempre piden bebidas cuando tienen sed. Y los ancianos, porque tienen menos agua corporal que en etapas anteriores.
Síntomas
Sensación de mareo, náuseas, vómitos, dolores de cabeza o de estómago, debilidad, confusión, convulsiones y hasta pérdida de conciencia son los síntomas que puede presentar una persona que padece un golpe de calor. Ante esta situación, se la debe posicionar boca arriba, en un sitio fresco, a la sombra y bien ventilado. Quitarle la ropa que no necesite y aflojarle la que le oprime. Colocar compresas de agua fría en la cabeza, la cara, el cuello, la nuca y el pecho e ir cambiándolas a medida que se calienten. En caso de que esté consciente, se le debe ofrecer líquidos (agua segura) o preferiblemente líquidos de rehidratación oral o bebidas isotónicas. Si está en estado de inconsciencia, se debe activar de inmediato el sistema de emergencias sanitarias.