Una grave vulneración a la seguridad del Hospital Iturraspe encendió las alarmas de las autoridades sanitarias y policiales: 68 ampollas de fentanilo, un potente y peligroso opioide sintético, fue robado del área de Cuidados Críticos del nosocomio. El hecho generó una profunda preocupación tanto por la falla en los controles internos como por el riesgo que implica que una droga de estas características ingrese al mercado ilegal.
El director del hospital, Francisco Sánchez Guerra, brindó detalles sobre las condiciones en las que se encontraban los fármacos, explicando que su ubicación responde a la necesidad médica inmediata en situaciones de vida o muerte.
“Estas ampollas están en el sector de Cuidados Críticos. No tienen medidas de seguridad, bajo llave, porque son de uso continuo, de emergencia”, aseguró Sánchez Guerra. El director enfatizó que no se trata de un área de libre acceso para cualquier persona. “No están a disponibilidad de todo el mundo, están en un sector donde la circulación de gente es controlada”, agregó, sugiriendo que la investigación podría apuntar a personal con acceso a dicha zona restringida.
Tras detectar el faltante, las autoridades del Iturraspe iniciaron de inmediato un sumario administrativo interno para determinar las responsabilidades y, en paralelo, radicaron la denuncia correspondiente en la seccional policial de la jurisdicción. Se presume que la policía solicitará las grabaciones de las cámaras de seguridad y los registros de ingreso al área para intentar identificar a los autores del robo.
El fentanilo es un opioide sintético hasta 100 veces más potente que la morfina y su uso fuera de un estricto control médico presenta un altísimo riesgo de sobredosis y muerte. La principal preocupación de las autoridades es que estas ampollas sean comercializadas en el mercado negro, lo que representaría un grave peligro para la salud pública. La investigación está en curso mientras el hospital revisa sus protocolos de seguridad para evitar que un hecho de esta magnitud vuelva a repetirse.
Si bien descartó de plano cualquier relación entre este hecho y la causa de fentanilo contaminado, Sánchez Guerra explicó que “no quiere decir que, en manos de la sociedad no sea igual de peligroso que el fentanilo contaminado porque es un medicamento que utilizamos mucho en los hospitales, tiene un efecto bien conocido, en las manos apropiadas es excelente; pero en manos sin conocimiento es algo muy peligroso.
Cualquier medicamento se puede transformar en una droga social, la preocupación es que en otros países se ha utilizado, hemos visto los efectos, los zombis en Estados Unidos, eso no tiene que ocurrir acá. Para que no ocurra hay que tomar conciencia social de que esto en la calle hoy es muy peligroso”.
