La viralización del video de una entrevista que la actriz mexicana Salma Hayek le concedió al programa “Despierta América”, de la cadena Univisión, en la que se emociona hasta las lágrimas al recordar qué sintió cuando se calzó por primera vez el traje del personaje de Ajak en Eternals, la nueva película de Marvel, es una buena excusa para (re)pensar el lugar de las y los latinos, así como la falta de representatividad dentro de las actuales estructuras de Hollywood.
“Cuando me puse el traje me solté a llorar, vi mi cara morena, mi cara de niña, la cara de todas las niñas, y me di cuenta de que se había abierto una puerta y yo no entraba sola sino que dentro de ese traje íbamos juntos todos los latinos que hemos esperado tanto ese momento”, dijo la estrella llorando, para luego tratar de bajarle el tono a tanta solemnidad: “Ay, qué ridiculez”, agregó.
Hayek, que en la película interpreta a la lideresa de los Eternals, unos extraterrestres que viven en la Tierra cuidando a los humanos desde hace 7.000 años, estuvo en la entrevista acompañada por la argentina Victoria Alonso, una de las principales ejecutivas de Marvel desde hace 16 años, quien también destacó el hecho histórico de que la mexicana sea la primera superheroína latina del estudio.
“Eternals” rompió varias barreras: si bien cuatro de los Eternals son blancos, otros tres son asiáticos, dos son negros y una latina (la citada Hayek).
¿Por qué es histórico algo que debiera ser normal según lo que indica el censo poblacional de los Estados Unidos? Porque la representación de los latinos en ámbitos como la política, los medios o la industria audiovisual es mínima. Según las cifras oficiales de 2020, los hispanos en ese país eran 62,1 millones; es decir, un 18,7% de la población. Y recién ahora una latina aparece en un film de Marvel (de todas maneras hay que aclarar que Hayek ni siquiera es protagonista, como sí lo son Gemma Chan, Richard Madden o Angelina Jolie).
Los latinos todavía tienen mucho camino por recorrer, reivindicaciones que hacer, batallas que dar, espacios por ocupar. De hecho, los afroamericanos son una minoría más reducida (representan alrededor del 13% de la población), pero a partir de una intensa y persistente lucha que sostienen desde hace décadas y que hoy tiene su principal expresión en el movimiento Black Lives Matter han conseguido visibilización, reconocimiento y mayores espacios de poder. De hecho, en el ámbito específico del cine cuando los actores y actrices negras no consiguieron la cantidad de nominaciones que consideraban justa iniciaron la campaña en redes #OscarsSoWhite con enorme repercusión mediática. Nada de eso ocurre cada año cuando los intérpretes latinos brillan por su ausencia.
Más allá de que no tuvo críticas demasiado entusiastas, “Eternals” rompió varias barreras: si bien cuatro de los Eternals son blancos, otros tres son asiáticos, dos son negros y una latina (la citada Hayek), por primera vez hay un personaje abiertamente gay (el Phastos de Brian Tyree Henry), una de las protagonistas es sorda (la Makkari de Lauren Ridloff), hay escenas de sexo más largas e intensas de lo que el manual de películas de superhéroes aconseja, en una escena ambientada en pleno Amazonas se advierte sobre la grave degradación del planeta, en otra que reconstruye la matanza de Tenochtitlan en 1521 se habla directamente de genocidio, la directora Chloé Zhao es una mujer de origen chino que proviene del cine independiente más autoral y varias rarezas más.
Hayek confirmó que, como suele ocurrir con casi todos los actores y actrices que trabajan para Marvel, firmó contratos para varias películas más, que podrían ser secuelas, precuelas o spin-offs de “Eternals”. Llegará entonces el momento en que Hayek será una figura recurrente del universo de Marvel y esa costumbre permitirá que más latinos y latinas ocupen personajes en producciones populares. Pero hasta que no se alcance esa “nueva normalidad” situaciones como las de “Eternals” seguirán siendo excepciones, hechos “históricos” para celebrar y emocionarse en cámara.
Fuente: telam