Con el objetivo de evitar el colapso de su sistema público de salud, el estado de San Pablo dispuso nuevas restricciones a la movilidad que incluyen un toque de queda nocturno. Las medidas estarán vigentes al menos hasta el 30 de marzo y endurecen las ya implementadas a principios de mes, cuando se decretó el cierre de los establecimientos comerciales excepto los de primera necesidad.
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Ante el rápido incremento de las hospitalizaciones por covid-19, el gobierno de San Pablo se vio obligado a pasar de la llamada "fase roja" de su plan de confinamiento a una "fase de emergencia". En esta nueva etapa más restrictiva, el estado suspendió las actividades colectivas de carácter religioso y deportivo, cerró las tiendas de materiales de construcción y prohibió el acceso a las playas, que habían registrado una gran afluencia de público en las últimas semanas.
Veo Noticias dialogó con Pedro Quenard, argentino radicado en San Pablo, explicó que la causa del rebrote "es por la cepa nueva de Manaos y también está sumado a la flexibilización que hubo en los últimos meses y no se respetan las indicaciones en cuanto a aglomeraciones".
Y agregó que "se ve mucho negacionismo como consecuencia del comportamiento de la clase política, no se alinea el mensaje, la gente ya no cree y creo que es sumamente importante que tiene que venir de las autoridades".