La emblemática cooperativa láctea SanCor, con sede en Sunchales, atraviesa una crisis histórica. En una asamblea extraordinaria, los trabajadores nucleados en la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) decidieron por unanimidad presentar ante la Justicia un pedido de quiebra con continuidad de la explotación, con el objetivo de mantener activa la producción mientras se buscan soluciones estructurales.
Una deuda abrumadora: histórica y reciente
Desde sus antiguas glorias, cuando procesaba millones de litros diarios y daba empleo a miles, SanCor hoy lucha por subsistir. La deuda histórica preconcursal asciende a 69.000 millones de pesos, correspondiente a 1.860 créditos laborales reconocidos por la empresa.
A esto se suman los incumplimientos más recientes: la falta de pago de salarios desde abril, el aguinaldo del primer semestre de 2025 y la ausencia de depósitos de aportes sociales a las entidades OSPIL, AMPIL y ATILRA. Este monto adicional alcanza los 14.000 millones de pesos.
Quiebra con continuidad productiva: una salida posible
Lejos de buscar el cierre definitivo de la cooperativa, los trabajadores apuestan por un modelo que preserve la operatividad. La quiebra solicitada contempla que la empresa siga funcionando mientras se exploran nuevas alternativas de gestión o posibles inversores.
Impacto estructural y reclamo sindical
La asamblea extraordinaria puso en evidencia la gravedad del escenario: cientos de familias dependen de los pagos adeudados, y las deudas no solo afectan salarios, sino también servicios básicos como la salud y la seguridad social.
Los trabajadores denuncian que, pese a más de 2.500 intimaciones de pago enviadas por ATILRA y las entidades involucradas, SanCor no ha respondido ni regularizado ninguna de las obligaciones pendientes

