A lo largo de una semana, unos 150 jefes de Estado, de gobierno y cancilleres de todo el mundo participarán en esta gran cita diplomática anual que se realiza presencialmente por primera vez en dos años perturbados por la pandemia de covid-19.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, abrirá la serie de los discursos. Tradicionalmente, le sigue su homólogo estadounidense, Joe Biden, pero excepcionalmente su intervención ha sido retrasada hasta el miércoles debido a su presencia este lunes en los funerales de la reina Isabel II en Londres.
Los mandatarios de Chile, Gabriel Boric, y Colombia, Gustavo Petro, nuevos en esta cita, figuran entre los primeros en dirigirse al foro, junto con el paraguayo Mario Abdo Benítez, el turco Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro japonés Fumio Kishida y el canciller alemán Olaf Scholz.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, será el encargado de inaugurar esta 77 Asamblea General. Su portavoz Stéphane Dujarric, anunció que "no va a edulcorar las cosas" y hará hincapié en la necesidad de "soluciones" para un mundo "en el que las divisiones geopolíticas nos ponen a todos en peligro".
"Nos reunimos en un momento de gran peligro para el mundo", dijo Guterres el lunes, al evocar "conflictos y catástrofes climáticas", "desconfianza y división", "pobreza, desigualdad y discriminación".
La invasión rusa de Ucrania será "inevitablemente" el principal asunto de la asamblea, como dijo el jefe de la diplomacia europea, José Borrell. El miércoles intervendrá por vídeo el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, gracias a la autorización especial votada la semana pasada por los Estados miembros. El jueves está prevista una reunión a nivel ministerial del Consejo de Seguridad.
La Unión Europea, principal víctima de la crisis energética generada por la respuesta de Rusia a las sanciones occidentales, quiere revertir la "propaganda rusa y su narrativa engañosa".
América Latina trata por su lado de pergeñar una posición conjunta sobre el conflicto que ha disparado los precios de los alimentos y por ende la inseguridad alimentaria en la región.
Para tratar de responder a las preocupaciones de algunos países, estadounidenses y europeos organizan el martes una reunión de alto nivel sobre la inseguridad alimentaria, una consecuencia de la guerra que afecta a todo el planeta.
Y es que los países del Sur están cada vez más hartos de que los occidentales centren su atención en Ucrania.
"No solo queremos hablar de poner fin al conflicto en Ucrania. Queremos que se pongan fin a los conflictos del Tigré, de Siria, allí donde surgen en el mundo", dijo el lunes la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, en una reunión dedicada a la educación y los objetivos para el desarrollo.
Fuente: RFI